Muy pocos franceses portan mascarilla actualmente, ni siquiera para entrar en comercios aunque su uso esté aconsejado.
Francia adelanta la orden de hacer obligatorio el uso de mascarillas en comercios y otros espacios públicos cerrados. La medida entrará en vigor “a partir de la semana que viene” y no el 1 de agosto como estaba inicialmente previsto, ha anunciado este jueves el primer ministro, Jean Castex.
“Pensábamos que entrara en vigor el 1 de agosto porque actuamos con una lógica preventiva, no bajo el imperio de la urgencia (…), pero he comprendido que ese plazo parecía tardío, así que el decreto entrará en vigor la semana que viene”, dijo Castex durante su discurso ante el Senado, donde presentó la hoja de ruta que la víspera planteó ante la Asamblea Nacional.
En su entrevista durante el día nacional del 14 de julio, el presidente, Emmanuel Macron, había manifestado su deseo de que el uso de mascarillas fuera obligatorio en toda Francia en espacios públicos cerrados, incluidos lugares de trabajo, y avanzó el 1 de agosto como plazo para su entrada en vigor, fecha que confirmó después Castex. Aunque el Gobierno alegaba que daba ese plazo para que los comercios y otros lugares cerrados pudieran adoptar las disposiciones necesarias para implementar la medida, numerosas voces criticaron la tardanza y reclamaron que se implementara de forma más rápida, petición que ahora ha recogido el Gobierno.
Aunque Francia suma más de 30.000 muertos por el coronavirus, las medidas “barrera” —uso de mascarillas y gel hidroalcohólico, así como mantenimiento de la distancia física— se han relajado fuertemente en todo el país en las últimas semanas. Muy pocos franceses portan mascarilla actualmente, ni siquiera para entrar en comercios aunque su uso esté aconsejado.
En la región francesa de Mayenne, al oeste de Francia, el uso de mascarilla ya es obligatorio en seis localidades debido al aumento importante de los casos de covid-19, que ya superan los 50,1 por cada 100.000 habitantes, según la Agencia France Presse.
No se ha revelado aún cuál será la multa por la infracción de esta disposición, aunque lo que sí es seguro es que el incumplimiento de la medida podrá ser sancionado. “Cuando se impone una obligación, debe haber una sanción”, dijo este jueves el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, en la emisora Franceinfo. En el caso de los transportes públicos, donde el uso de mascarilla es obligatorio desde el comienzo de la desescalada, los pasajeros que no la portan se arriesgan a una multa de 135 euros.
La noticia coincide con la “preocupación” manifestada este mismo jueves por el ministro de Sanidad, Olivier Véran, por la situación tanto en Mayenne como en la región de París. “Asistimos en ciertos hospitales parisinos a señales débiles de reactivación epidémica, por eso pido a los franceses que sigan especialmente vigilantes, activos, contra el virus”, dijo Véran en la emisora France Inter.