La actividad de bares y restaurantes seguirán con horario restringido, informaron las autoridades.
Italia ordenó el domingo a bares y restaurantes que cierren a las 6 p.m. así como la clausura de gimnasios, cines y piscinas públicas para tratar de detener un rápido resurgimiento de los casos de coronavirus, que ha llevado la tasa diaria de contagios a registrar de nuevo niveles récord.
Las restricciones, que entrarán en vigor el lunes y fueron acordadas entre el Gobierno del primer ministro Giuseppe Conte y las autoridades regionales, se anunciaron tras dos noches de protestas en Nápoles y Roma contra los toques de queda introducidos en varias regiones la semana pasada.
Consciente del enorme coste que supone la interrupción de la actividad económica, el gobierno de Roma ha dicho que no quiere repetir el confinamiento general ordenado en la primera fase de la crisis sanitaria. Pero se ha visto obligado a aumentar las restricciones de manera constante, ya que la pandemia se ha acelerado tras haber disminuido su ritmo durante el verano.
El decreto gubernamental pide a la gente que evite salir y que limite los contactos en sus casas con cualquier persona que no forme parte de su familia inmediata, si bien no impone un toque de queda ni un confinamiento obligatorio en todo el país y permite que las tiendas y la mayoría de los negocios continúen con su actividad.
Sin embargo, la actividad de bares y restaurantes estará sujeta a una serie de controles para limitar los contagios, mientras que cines, teatros, salas de juego y discotecas permanecerán cerradas.
El decreto también ordena que hasta tres cuartas partes de la enseñanza secundaria se realice por vía telemática para limitar el número de alumnos en los edificios escolares.
Italia, que en su día fue el país más afectado por la pandemia en el mundo industrializado, ha sido superado por otros Estados europeos, como España, Francia y Reino Unido, si bien la tasa de contagios ha repuntado con rapidez y los servicios sanitarios se han visto sometidos a una presión cada vez mayor.
El sábado, las autoridades italianas informaron de un nuevo récord diario de 19.644 contagios en el país, así como de 151 muertes causadas por la enfermedad respiratoria.
Aunque de escala reducida, las protestas en Nápoles y Roma pusieron de manifiesto el tenso clima político al que se enfrenta el Gobierno de coalición de Conte, formado por el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata de centro-izquierda.
Conte ha recibido elogios por su gestión de la fase inicial de la crisis, pero pasado el tiempo se ha convertido en el objeto de más críticas por no haber reforzado las medidas de prevención durante el verano, tales como las pruebas y el rastreo de contactos.