Con esta app tomas la fotografía de una persona, la cargas y puedes ver fotografías públicas de esa persona con enlaces que te llevan a los sitios donde aparecieron esas fotos.
Hasta hace poco, el éxito más grande de Hoan Ton-That era una aplicación que permite que los usuarios le pongan el distintivo cabello amarillo de Donald Trump a sus fotografías.
Después, Ton-That —un empresario australiano del rubro tecnológico— hizo algo trascendental: inventó una herramienta que podría acabar con los días en los que caminabas por la calle de manera anónima. Y luego le proporcionó esa creación a cientos de agencias que vigilan el orden público, desde policías locales en Florida hasta el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Clearview AI, su pequeña compañía, ideó una aplicación de reconocimiento facial innovadora. Tomas la fotografía de una persona, la cargas y puedes ver fotografías públicas de esa persona con enlaces que te llevan a los sitios donde aparecieron esas fotos. El sistema —que depende de una base de datos de más de 3000 millones de imágenes que, según Clearview, fueron extraídas de Facebook, YouTube, Venmo y millones de sitios web más— va mucho más allá de cualquier otra cosa que hayan creado el gobierno estadounidense o los gigantes de Silicon Valley.
Algunos agentes de la policía federal y estatal de Estados Unidos dijeron que, aunque solo tenían información limitada sobre la manera en que funciona Clearview y de quienes la crearon, habían usado la aplicación para ayudar a resolver casos de hurto en tiendas, robo de identidad, fraude con tarjetas de crédito, asesinato y explotación sexual infantil.
Hasta ahora, las tecnologías que identifican de inmediato a las personas a partir de su rostro han sido tabú a consecuencia de la erosión radical que provocan en la privacidad.
Sin embargo, al margen del escrutinio público, más de 600 agencias del orden público han comenzado a usar Clearview el año pasado, de acuerdo con la compañía, que rechazó proporcionar una lista. El código informático en el que se basa su aplicación, el cual fue analizado por The New York Times, incluye lenguaje de programación que permite combinarlo con visores de realidad aumentada; los usuarios posiblemente serían capaces de identificar a todas las personas que vieran. La herramienta podría identificar a activistas en una protesta o a una persona atractiva que vemos en el metro, revelaría no solo sus nombres, sino también en dónde viven, qué hacen y con qué personas se relacionan.
Clearview también ha autorizado el uso de la aplicación a por lo menos un puñado de empresas por motivos de seguridad.
“Las posibilidades de convertirla en un arma son infinitas”, dijo Eric Goldman, codirector del High Tech Law Institute en la Universidad de Santa Clara. “Imaginemos a un agente de policía deshonesto que quiere acosar a posibles parejas románticas o a un gobierno extranjero que la usa para revelar secretos sobre personas que después podrá chantajear o enviar a la cárcel”.
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