Los dos viajes del presidente a Qatar costaron el equivalente a 31 años de salario mínimo y en huella de carbono a lo que produce un solo ciudadano en 53 años
Luego del partidazo que fue la final del Mundial de Qatar 2022 y en el que Argentina se coronó venciendo al hasta entonces campeón, Francia, la polémica y las críticas se han desatado contra el presidente francés, Emmanuel Macron, por sus viajes aéreos para asistir a dos partidos del torneo.
Los “Bleus” ya llegaron a Francia después de abandonar Doha, Macron también se encontraba en Qatar tras hacer dos viajes, ida y vuelta, para apoyar a su selección en la semifinal contra Marruecos y en la final.
Según el semanario francés Le Point, estos dos viajes le costaron al contribuyente unos 501 mil euros, es decir, 31 años de salario mínimo. Para empeorarlo, la huella de carbono ascendió a 480 toneladas equivalentes de CO2, es decir, lo que produce un ciudadano francés en promedio a lo largo de 53 años. Estos desplazamientos se hicieron con dos aviones, el A330 de la Presidencia de la República, acompañado de un Falcon 7X, un jet privado que siempre acompaña al Airbus en los viajes largos.
Se tardan unas siete horas para volar de París a Doha, pero el semanario señala que el jefe de Estado no voló directamente entre las dos ciudades para su regreso de la semifinal, sino que pasó por Bruselas, Bélgica, para el Consejo Europeo del 15 de diciembre. Del mismo modo, a la vuelta de la final, no regresó directamente a Francia sino que paró en Egipto y Jordania antes de volver a París. Mientras tanto, la COP15 sobre la protección de la biodiversidad terminaba en Montreal, Canadá, y Macron no asistió.
Le Point restó de sus cálculos estos desvíos por tratarse de misiones estatales; para calcular sus números se basó en los métodos de cálculo del Tribunal de Cuentas y del Elíseo. Pero la realidad podría ser peor, puesto que las cifras utilizadas son las de 2019, es decir, antes de la inflación y de la subida del precio del petróleo de los últimos meses.
Antes de estos viajes, miembros de los partidos La Francia Insumisa, de ultraizquierda, y EELV, ecologistas, habían pedido a Macron que no fuera a qatar: además del coste de los viajes, la organización del Mundial en este país ha suscitado polémica por las catastróficas condiciones de vida de los trabajadores inmigrantes, el impacto medioambiental de los estadios climatizados y el lugar que ocupan mujeres y minorías en suelo catarí.