El poblado estuvo envuelto en la oscuridad debido al humo antes de adquirir un desconcertante tono rojo brillante.
Los incendios que arden en los dos estados más poblados de Australia atraparon el martes a los residentes de un poblado costero en condiciones apocalípticas y se teme que hayan destruido muchas propiedades y dejado víctimas.
En el pueblo suroriental de Mallacoota, unos 4 mil habitantes huyeron al mar mientras los vientos empujaban un incendio hacia sus viviendas. El poblado estuvo envuelto en la oscuridad debido al humo antes de adquirir un desconcertante tono rojo brillante.
Hay planes para evacuar por mar a la gente atrapada, dijo Daniel Andrews, primer ministro del estado Victoria. Se teme lo peor para cuatro personas desaparecidas.
“No podemos confirmar su paradero”, declaró Andrews a los reporteros. Ya solicitó ayuda de 70 bomberos de Estados Unidos y Canadá.
Andrew Crisp, comisionado de Servicios de Emergencia de Victoria, confirmó pérdidas “significativas” de propiedades en toda la región.
El fuego se intensificó el lunes en Victoria y en el estado de Nueva Gales del Sur tras un calor sofocante acompañado de intensos vientos y relámpagos.
Un bombero falleció ese día cuando intensos vientos volcaron su camión. Samuel McPaul, de 28 años, es el tercer bombero voluntario en Nueva Gales del Sur en haber muerto en las últimas dos semanas. Su pareja estaba esperando un hijo.
Los incendios en Australia han arrasado más de mil viviendas en los últimos meses, y Nueva Gales del Sur se ha llevado la peor parte.
Shane Fitzsimmons, comisionado del Servicio Rural de Bomberos en el estado, dijo que un número “significativo” de propiedades en la región han sido destruidas, y se cree que tres personas desaparecidas fallecieron.
“Prevemos que hoy haya más noticias difíciles de Nueva Gales del Sur y Victoria mientras se efectúan las evaluaciones de los terribles incendios de ayer y de anoche”, afirmó el primer ministro Scott Morrison en un comunicado.
Algunas comunidades han cancelado sus fuegos de artificio para el Año Nuevo, pero el popular despliegue de Sydney sobre su afamada bahía sí se llevará a cabo. A la ciudad se le concedió quedar exenta de una prohibición total de fuegos artificiales que está en vigencia allí y en todos lados para prevenir nuevos incendios.
Se pronostica que en Sydney se registre una temperatura de 34 grados Celsius (93 Fahrenheit) el martes, mientras que en los suburbios occidentales de la ciudad podría llegar a 43 C (109 F). También se prevé que el espeso humo que ha opacado la vista del puerto y de la Ópera de la ciudad se haga presente.
Se tiene previsto que los populares festejos atraigan a alrededor de un millón de personas a la bahía de Sydney y generen 130 millones de dólares australianos (91 millones de dólares) para la economía del estado.