El edificio, construido en 1929 para acoger al Congreso de Cuba, fue utilizado para otras funciones tras la revolución de Fidel Castro en 1959
Luego de ocho años de restauración, Cuba reabrió este jueves el Capitolio de La Habana, una imponente estructura arquitectónica inicialmente rechazada como símbolo del imperialismo estadunidense y que ahora se convertirá en la sede de la Asamblea Nacional.
El edificio, construido en 1929 para acoger al Congreso de Cuba e inspirado en el Capitolio de Washington, fue utilizado para otras funciones tras la revolución de Fidel Castro en 1959, al igual que otras construcciones vistas como testimonios de gobiernos corruptos apoyados por Washington.
El Capitolio Nacional fue sede de la Academia de Ciencias del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente hasta que se decidió restaurarlo en 2010 como parte de la remodelación emprendida por la Oficina del Historiador de La Habana, considerada como uno de los tesoros arquitectónicos de América Latina.
Cuatro años más tarde llegó el histórico anuncio de una distensión cubano-estadunidense entre el presidente Raúl Castro el por entonces mandatario demócrata Barack Obama y en julio de 2015 se restablecieron los vínculos diplomáticos, que actualmente aparecen amenazados por la postura más hostil del Gobierno de Donald Trump.
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