Desde la Archidiócesis de Madrid precisan que los cálices están labrados en oro, con incrustaciones de piedras semipreciosas.
La parroquia de Nuestra Señora del Tránsito en Madrid (España) recuperó dos cálices y una Biblia de Jerusalén que habían sido robados hace siete años. La Policía rescató los objetos por el aviso de uno de los feligreses que los encontró en un perfil de una aplicación de compra venta de segunda mano.
El robo se produjo el 7 de julio de 2014. Según explicó el P. Antonio Fernández, párroco de Nuestra Señora del Tránsito, en la denuncia presentada ante la policía ese mismo día: Los ladrones “accedieron a la parroquia sin forzar las puertas y revolvieron en la sacristía buscando claramente estas piezas; sabían a por lo que iban”.
Después de 7 años sin noticias, uno de los feligreses de la parroquia de Nuestra Señora de Tránsito que estaba amueblando su casa, y buscaba algunos objetos de segunda mano, los encontró en una popular aplicación de compra venta. El ladrón había puesto a la venta los dos cálices y la Biblia y en la descripción de los objetos precisaba que era una “Biblia vintage, hiperduradera” y su precio era de 2.500 euros, mientras que pedía 1.300 euros por cada cáliz, “no admitiendo negociación”.
Desde la Archidiócesis de Madrid precisan que los cálices están labrados en oro, con incrustaciones de piedras semipreciosas. Uno de los cálices es especialmente valioso porque “se hizo para la celebración de las bodas de oro sacerdotales del anterior párroco, el P. Vicente Alberruche, muy conocido en el barrio ya que estuvo aquí 27 años”.
Las tapas de la Biblia son de oro y plata también contiene piedras semipreciosas. Desde la Archidiócesis destacan que esta Biblia “se usa especialmente en la liturgia de la Pascua, además de en uno de los ritos especiales de los integrantes del Camino Neocatecumenal, del que en la parroquia hay nueve comunidades.
El P. Fernández precisó que tanto los cálices como las Biblias “fueron diseñados por Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, y tienen mucho simbolismo”.
La portada de la Biblia está representada la crucifixión del Señor y tiene doce gemas que representan a los doce apóstoles. En la contraportada está labrado el Cordero sentado con el libro de la vida, tal y como se representa en el libro del Apocalipsis, en un estilo típico del arte bizantino.
Además en uno de los cálices se pueden apreciar “reminiscencias góticas”, porque según precisó el párroco a la Archidiócesis de Madrid, “viendo este cáliz y lo que queda del tesoro visigótico de Toledo, es clara su inspiración”.
El P. Fernández expresó su alegría por haber recuperado estos objetos sagrados que él había dado ya por perdidos.
Actualmente las piezas se han enviado al orfebre para su restauración porque “algunas de las piedras estaban desprendidas, y el interior de los cálices muy deteriorado”.