El gobierno de Alemania realiza un homenaje a los conspiradores que fueron ejecutados por tratar de asesinar al dictador nazi.
Alemania conmemora el sábado el 75 aniversario de la Operación Valkiria, la trama más famosa para asesinar a Adolf Hitler con un homenaje a los conspiradores que fueron ejecutados por tratar de asesinar al dictador nazi.
La canciller, Angela Merkel, asistirá a la ceremonia anual de juramento de unos 400 soldados antes de participar en el homenaje en el patio del edificio donde se ejecutó al cabecilla de la trama, el coronel Claus von Stauffenberg.
Von Stauffenberg intentó acabar con la vida de Hitler con un maletín bomba el 20 de julio de 1944, pero una mesa bloqueó toda la potencia de la explosión y Hitler sobrevivió.
El coronel y los demás conspiradores fueron asesinados en cuestión de horas. Presentados como traidores por los nazis, ahora son considerados héroes.
La historia narra que Stauffenberg supo que la Gestapo podría arrestarlo en cualquier momento y se decidió a matar a Hitler en la primera ocasión viable. Para ello, salió de Berlín por avión en la mañana del jueves 20 de julio hacia Rastenburg, localidad de Prusia Oriental; a 15 km al este de dicha población se hallaba el cuartel militar de Hitler, llamado Wolfsschanze («Guarida del Lobo») y allí se dirigió Stauffenberg con un par de bombas plásticas ocultas en el maletín. Lo acompañaba el mayor Von Haeften como ayudante.
La conferencia militar de Hitler con otros jefes militares empezó en una amplia sala poco después del mediodía, donde acudieron el mariscal de campo Wilhelm Keitel, los generales Alfred Jodl, Walter Warlimont y otros altos oficiales, entre los cuales se hallaba Stauffenberg, bordeando una enorme mesa con mapas; minutos después de empezada la reunión, Stauffenberg, quien llegó retrasado, activó la bomba en su maletín en un cuarto junto a Haeften.
Entró en la reunión y se acercó lo más que pudo a Hitler, colocó el maletín cerca de los pies de este y luego pidió permiso para retirarse por unos minutos fuera del recinto, alegando una llamada por recibir, dejando su maletín en la sala junto a la gran mesa. Uno de los asistentes tropezó con el maletín y lo colocó detrás de uno de los pedestales de la gran mesa.
A las 12:40 la bomba explotó con gran potencia, destruyendo gravemente la sala de conferencias, matando a cuatro oficiales e hiriendo gravemente a otros cinco, pero dejando a Hitler, Jodl y Keitel solo con heridas relativamente leves. No obstante, Stauffenberg observó la humareda desde fuera de la Wolfsschanze, y supuso que era imposible que Hitler hubiese sobrevivido y, con gran dificultad, pudo salir de la Wolfsschanze, deshaciéndose de la bomba que no había utilizado y retornó a Berlín a las 13:00, creyendo que Hitler estaba muerto.
(Con información de Reuters y Wikipedia)