El tereré se sirve en un recipiente en el que se ha puesto mate y se absorbe con una bombilla de caña o metálica.
El barniz de pasto mopa-mopa de Colombia se inscribe en la categoría de salvaguardia urgente y el canto polifónico del Épiro en Grecia, se clasifica en el registro de buenas prácticas de salvaguardia. El cuscús ingresa a las tradiciones como una de las tradiciones del patrimonio cultural transnacional.
El Comité encargado de inscribir el patrimonio cultural inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) incluyó este jueves en su lista el tereré de Paraguay, el chamamé de Argentina y los caballos del vino de España, junto con la danza budima de Zambia y el taijiquan de China, entre otras tradiciones, que este año sumaron 29 adiciones.
El tereré es una bebida ancestral guaraní que se prepara tradicionalmente en una jarra o termo, mezclando agua fría con pohã ñana, una hierba medicinal previamente machacada en un mortero. Se sirve en un recipiente en el que se ha puesto mate y se absorbe con una bombilla de caña o metálica.
Esta costumbre ritual sigue una serie de códigos preestablecidos. Los beneficios para la salud del pohã ñana se conocen gracias a que la sabiduría popular paraguaya los ha venido transmitiendo de generación en generación. La UNESCO afirmó que se trata de una práctica que fomenta la cohesión social y destaca la importancia del legado guaraní. El tereré es la primera práctica de Paraguay que ingresa a la lista del patrimonio cultural inmaterial.
El chamamé es una expresión cultural muy extendida en la provincia argentina de Corrientes. Entre sus componentes se cuenta una danza que los bailarines hacen abrazados, así como eventos festivos llamados musiqueadas, invitaciones, plegarias y el sapukay, un grito peculiar lanzado con un movimiento del cuerpo que expresa emociones de alegría, tristeza, dolor o valentía.
En un principio, la música y las letras de las canciones del chamamé eran las de cantatas religiosas interpretadas en guaraní, pero actualmente se transmiten en yopará, una mezcla de español y guaraní. El chamamé está presente en todo tipo de celebraciones comunitarias, familiares, religiosas y festivas.
Los caballos del vino es una fiesta ecuestre anual que se realiza del 1 al 3 de mayo el pueblo español de Caravaca de la Cruz. Se compone de una serie de eventos con caballos. Además, los animales desfilan en cortejos por las calles luciendo unas capas bordadas de seda y oro.
El momento culminante es una carrera contra reloj de los caballos hacia lo alto de la pendiente que lleva al castillo de la localidad, donde los ganadores de la carrera y las capas más vistosas reciben premios. La viticultura y la cría de caballos son dos actividades indisociables de la economía, la historia y la cultura de la región de Caravaca.
El taijiquan es un ejercicio físico caracterizado por movimientos circulares relajados, el control de la respiración y un estado mental de neutralidad y ecuanimidad. Surgido a mediados del siglo XVII en la Provincia de Henan, en el centro de China, hoy se practica en todo el país y a todas las edades. Debido a la influencia del taoísmo, el confucianismo y las teorías de la medicina tradicional, el taijiquan se ha escindido en diferentes escuelas o estilos que han adoptado los nombres de diversos clanes o de maestros experimentados.
Tradición colombiana en riesgo
En otra lista, la del patrimonio cultural inmaterial en condición de salvaguardia urgente, la UNESCO inscribió el barniz de pasto mopa-mopa en Putumayo y Nariño, Colombia. Las técnicas de esta tradición abarcan tres actividades: la recolección de los brotes de mopa-mopa, el torneado y talla de la madera, y el barnizado decorativo.
La recolección exige conocer a fondo el bosque, trepar a los árboles y recolectar los brotes sin dañar el arbolado. Esta tradición implica un factor de identidad para las comunidades y les da la posibilidad de trabajar por cuenta propia. Sin embargo, corre el peligro de desaparecer debido a los cambios que han acarreado el desarrollo y la globalización. Además, el acceso a los lugares de recolección es difícil y las condiciones de los talleres de los artesanos son precarias.
Este año, la UNESCO también añadió una práctica a la lista el patrimonio cultural inmaterial transnacional: el cuscús. La lista, que cuenta ahora con 32 tradiciones, incluye costumbres que muestran la capacidad de reunir a los pueblos y promover la cooperación internacional.