El virus ya ha matado a más de 21.000 personas, dejado a millones sin empleo y devastado la economía mundial.
La suma total de infectados por el nuevo coronavirus se acercaba el jueves a medio millón de personas e Italia y Estados Unidos iban camino de superar a China, donde comenzó la pandemia. Los sistemas de salud en Europa y Nueva York se vieron sobrepasados por la cantidad de enfermos graves con necesidad de cuidados, mientras las autoridades buscaban desesperadamente respiradores suficientes para mantenerlos con vida.
Enfrentado a una gran expansión del brote, el Senado de Estados Unidos aprobó un paquete de rescate de 2,2 billones de dólares para ayudar a negocios, trabajadores y sistemas sanitarios. Millones de estadounidenses confiaban en que la medida les permitiera seguir adelante pese a quedarse sin empleos, ingresos ni dónde dejar a sus hijos debido a las normas de distanciamiento social necesarias para frenar la curva de contagio.
Al menos 1.500 millones de personas estaban ya bajo graves restricciones a los desplazamientos. Pero el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reprochó a los líderes mundiales por desperdiciar un tiempo precioso en la lucha contra un virus que ya ha matado a más de 21.000 personas, dejado a millones sin empleo y devastado la economía mundial. Lo describió como “el enemigo público número uno”.
“El tiempo de actuar era en realidad hace un mes o hace dos meses”, dijo. “Desperdiciamos la primera ventana de oportunidad (…) esta es una segunda oportunidad, que no debemos desperdiciar, y (debemos) hacer todo por contener y controlar este virus”.
En Estados Unidos, donde las muertes superaron las 1.050 y unas 70.000 personas se han contagiado, se libraba una dura lucha política entre el presidente, Donald Trump, y los que exigían medidas urgentes para un asedio de varios meses contra la pandemia, como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
Trump ha expresado su esperanza de que las iglesias puedan volver a la normalidad para Pascua, dentro de 17 días, y afirmado que “nuestro país no se construyó para cerrarse”, al parecer preocupado porque los devastadores efectos del brote sobre los mercados financieros y el empleo afecten a sus posibilidades de reelección a final de año. Los demócratas le acusaron de poner la economía por encima de la salud y seguridad de los estadounidenses.
“Me gustaría decir, volvamos al trabajo el viernes que viene”, dijo Joe Biden, favorito a obtener la candidatura demócrata para las elecciones. “Eso sería maravilloso. Pero no puede ser arbitrario”.
Nueva York se ha convertido en un importante foco de infección, donde según el gobernador los casos se multiplican por dos cada pocos días. El centro de convenciones de la ciudad se reconvirtió en hospital temporal. En el estado se han producido 280 muertes, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins.
En un adelanto de lo que podría avecinarse en Estados Unidos, España ha convertido hoteles en hospitales improvisados e instalado una morgue temporal en una pista de hielo. La curva de contagios no ha frenado en España, que ya suma más de 3.600 muertes, solo por detrás de Italia con 7.503.
Lidia Perera, enfermera en el hospital madrileño de La Paz, de 1.000 camas, dijo que los trabajadores del centro estaban sobrepasados y necesitaban desesperadamente más personal. Ver a los pacientes morir solos debido a las restricciones para prevenir contagios está siendo muy duro para el equipo médico, señaló.
En Italia, médicos y enfermeras suplicaban a diario al gobierno que consiguiera más máscaras, guantes y gafas de protección e insistían a la población sobre la importancia de las duras medidas de distanciamiento social. Los científicos señalan que impedir que una sola persona se contagie evita decenas de contagios más en el futuro.
“Por favor, no nos dejéis solos. Ayudadnos a ayudaros”, dijo en una carta abierta la doctora Francesca De Gennaro, que dirige una pequeña clínica en la afectada región italiana de Bergamo.
Los líderes de la Unión Europea tenían previsto celebrar su tercera cumbre en tres semanas, luchando por contener la expansión del virus y gestionar el caos que está sembrando en sus 27 economías. Mientras el número de muertos en Europa superaba los 12.000, España ampliaba su estado de alerta para imponer más restricciones, mientras el presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzaba su “Operación Resiliencia”, una respuesta militar para hacer frente a la pandemia.
Francia empezó a evacuar a ciudadanos infectados de su foco de infección en la región nordeste de Alsacia utilizando un tren de alta velocidad medicalizado, que su ministro de Sanidad definió como “pionero en Europa”. Unos 20 pacientes serían trasladados de Estrasburgo a hospitales en otras regiones como Países del Loira.
Gran Bretaña ordenó 10.000 respiradores para hacer frente a la crisis, trabajando con ingenieros de Dyson. El gobierno quería aumentar la cifra de respiradores disponibles de 8.000 a 30.000.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos ancianos y personas con problemas médicos puede provocar enfermedades más graves como la neumonía e incluso la muerte.
Más de 115.000 personas se han recuperado ya del virus y los expertos sanitarios afirman que la clave para combatir la pandemia es “frenar la curva”, reducir el ritmo de contagios para que los hospitales no se vean sobrepasados por un gran número de pacientes graves a la vez. Reducir la tasa de infecciones también reduce la cifra de muertos a largo plazo.
El número de casos en China ha ido bajando y el último reporte era de solo 67 casos nuevos, todos llegados de fuera.
Nota completa AQUÍ.