Uno de los organizadores dijo que esperan que los obispos dejen de alegar ignorancia sobre los abusos.
Los organizadores de la cumbre del papa Francisco para la prevención de abusos sacerdotales se reunirán esta semana con una docena de víctimas y activistas que han llegado a Roma para protestar la respuesta de la Iglesia Católica hasta el momento y para exigir el fin de décadas de encubrimiento por parte de los líderes de la iglesia.
Estas víctimas no hablarán en el foro de líderes de la iglesia.
En su lugar, se reunirán el miércoles con los cuatro miembros de una comisión organizadora para expresar sus quejas.
La cumbre de 180 presidentes de conferencias del episcopado de todo el mundo inicia el jueves.
Una de las víctimas, el chileno Juan Carlos Cruz que organiza el encuentro, dijo que esperan que los obispos dejen de alegar ignorancia sobre los abusos.
Cruz dijo que tal situación debe detenerse. Francisco convocó a la reunión en septiembre pasado después de que él mismo desacreditó las acusaciones de Cruz y otras víctimas de un reconocido sacerdote chileno.
Posteriormente el pontífice fue implicado en el encubrimiento de Theodore Mccarrick, quien fuera un influyente cardenal estadounidense que apenas fue expulsado del sacerdocio la semana pasada por el abuso sexual de niños y adultos.
El pontífice designó una comisión organizadora de cuatro miembros, encabezado por el principal investigador de delitos sexuales del Vaticano, el arzobispo de Malta Charles Scicluna, el cardenal de Chicago Blase Cupich, el cardenal de Mumbai Osvald Gracias y el reverendo Hans Zollner, miembro de la comisión asesora de abusos sexuales del papa.
Exhortaron a los participantes a reunirse con las víctimas antes de que llegaran a Roma, tanto para familiarizarse con el dolor y el trauma de las víctimas como para desmentir el precepto de que el abuso sacerdotal sucede solo en ciertas partes del mundo, dijo Cupich la semana pasada.
Las víctimas serán representadas en la cumbre con testimonios en video, detalló.
Cruz dijo que el mensaje de la cumbre para los obispos es que deben ejercer una tolerancia cero o enfrentar las consecuencias.