Tras una reunión «dolorosa» con padres de los normalistas, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, descartó cualquier coincidencia con la «verdad histórica» del caso Ayotzinapa
El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas, descartó que los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde 2014 sigan con vida.
“No hay ningún indicio de vida, ninguna coincidencia con la verdad histórica, es una triste realidad”, aseguró Encinas en referencia a lo afirmado el 7 de noviembre de 2014 por el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
“No hay ningún parecido. La verdad histórica dice que incineraron a los 43 estudiantes en el basurero de Cocula; nosotros hemos señalado que intervinieron varios grupos y los dispersaron, y hubo distintas formas de intervención en las agresiones contra los estudiantes. Yo no veo ningún punto de coincidencia en ello”, dijo el funcionario luego de recibir a familiares de los normalistas en el Placio Nacional
La comisión creada por el gobierno para esclarecer el caso concluyó que la desaparición fue un «crimen de estado«, por el que acusa a la delincuencia organizada y a autoridades locales y federales que cometieron «omisiones y alteración de hechos para llevar a una conclusión falsa», indicó ayer en un reporte.
Encinas dijo que hay indicios para que la Fiscalía General de la República (FGR) proceda penalmente contra 51 personas, entre ellos diez exfuncionarios federales de la anterior administración. Señaló que, en el caso del extitular de la Agencia Federal de Investigación de la PGR, Tomas Zerón de Lucio, el pasado 16 de febrero le ofreció personalmente en un encuentro que tuvo en Tel Aviv, Israel, acogerse a un criterio de oportunidad para coadyuvar en la investigación, el cual rechazó.
El funcionario cuestionó también, el actuar del Poder Judicial, ya que algunos jueces que conocieron del caso dejaron en libertad a presuntos responsables.
“Yo creo que hay un problema de origen desde el momento en que el Poder Judicial radicó en siete juzgados de siete entidades diferentes 38 procesos penales. Y evidentemente, esto no solamente no permite tener una jurisdicción única para atenderlo, sino lleva a burocracia, a trámites administrativos, a criterios diferenciados entre los jueces”, añadió el subsecretario.
Además, se confirmó que mandos militares de la región no protegieron ni buscaron a Julio César López Patolzin, un soldado que estaba infiltrado entre los estudiantes, realizando funciones de informante de la Sedena dentro de la Normal.
“(Aplicar el protocolo de este caso) hubiera permitido no solamente proteger la integridad y buscar al soldado López Patolzin, sino a todos los estudiantes”, aseguró.
Conclusiones
La comisión del caso Ayotzinapa difundió un avance de las investigaciones, que arrojó estos resultados:
-La desaparición de los estudiantes de la Normal Rural «Isidro Burgos» de Ayotzinapa la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 constituyó un «crimen de Estado» en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del estado mexicano.
-En todo momento, las autoridades federales, estatales y municipales tuvieron conocimiento de la movilización de los estudiantes desde su salida de la Escuela Normal Rural «Isidro Burgos» hasta su desaparición, y sus acciones, omisiones y participación permitieron la desaparición y ejecución de los estudiantes, así como del homicidio de otras seis personas
-La presencia de los estudiantes en Iguala «no obedeció» a la intención de boicotear el acto de la presidenta del DIF Municipal
-El grupo delictivo actuó con amplio número de sicarios y halcones, a partir de un mando central y al menos tres células de halcones y sicarios, con el apoyo de distintas policías municipales y agentes del Estado
-Se confirma la intervención de la policía de Iguala en el aseguramiento de los estudiantes en el autobús 1531
-Al filo de las 22:45 horas del 26 de septiembre de 2014, tras los hechos de violencia y persecución, se dio la orden de desaparecer a los estudiantes
–Han sido identificados solo tres de los 43 estudiantes desaparecidos
-No hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentren con vida. Por el contrario, todos los testimonios y evidencias acreditan que fueron arteramente ultimados y desaparecidos
-Se debe continuar la búsqueda en la ribera del río Balsas y en la laguna del nuevo río Balsas; en Atzcala, municipio de Eduardo Neri; en la Barranca de Tonalapa, municipio de Tepecoacuilco; en Brecha de Lobos y en el paraje Suriana, en Iguala, así como en las inmediaciones de Tepeguaje
Carpetazo al caso
El subsecretario pidió enviar a especialistas los 114 restos óseos que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recomendó fueran analizados y afirmó que el organismo, que encabeza Rosario Piedra Ibarra, es quien ha descartado la posibilidad del análisis de esos restos óseos.
“Creo que queda un asunto pendiente que tiene que resolver la Fiscalía General de la República, que es el análisis de las petrosas, que es de los asuntos que están pendientes de esa recomendación en donde hay una discusión entre los peritos respecto a si tienen el contenido de ADN suficiente para una identificación. En lo personal, creo que debe complementarse esa parte de la recomendación de la Comisión Nacional”, comentó.
Este anuncio del gobierno federal se interpreta como un carpetazo a la búsqueda; de esta forma, el estatus de los normalistas podría pasar de «desaparecidos» a «asesinados«, una medida administrativa que permitirá a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) entregar una indemnización que sería fijada por un juez; no obstante, las investigaciones del caso seguirán y los responsables de la masacre serán llevados ante la justicia.
Tras la reunión con los familiares de los normalistas -donde estuvo presente el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dialogó con ellos sobre este informe- Encinas reconoció que la reunión con los familiares de los jóvenes fue «difícil y dolorosa».
Luego de la reunión, los padres se retiraron del Palacio Nacional en silencio, sin emitir declaraciones.