La Alianza Mexicana contra el Fracking hizo un llamado público a los miembros de la próxima Legislatura a aprobar la iniciativa de reforma a la constitución de medio ambiente, esto para asegurar que la práctica de extracción de hidrocarburos líquidos y gaseosos en yacimientos petroleros no convencionales a través del fracking sea prohibida.
En el documento expresan que la aprobación en ambas cámaras de este proyecto es un paso importante para la protección del ambiente, de las personas y del clima, considerando que el fracking es una técnica sumamente riesgosa y contaminante del suelo, fuentes de agua y del aire, que induce actividad sísmica, entre otras.
Aquí el comunicado completo:
«La LXVI legislatura tiene la oportunidad de “estrenarse” aprobando una reforma constitucional que verdaderamente responde al interés público, que redundará en la protección del agua, del medio ambiente y del clima. Las 40 organizaciones y pueblos que integramos la Alianza Mexicana contra el Fracking llamamos a las y los legisladores que inician sus labores en este septiembre a aprobar sin mayor dilación la iniciativa de reforma constitucional de medio ambiente.
El pasado 14 de agosto, la Comisión de Puntos Constitucionales aprobó en lo general el Proyecto de Reforma Constitucional a los artículos 4 y 27 de la Constitución, conocida como reforma constitucional de medio ambiente, que en su contenido establece, entre otros temas, que: “No se otorgarán contratos ni se realizará ningún otro acto administrativo que permita la extracción de hidrocarburos líquidos y gaseosos en yacimientos petroleros no convencionales mediante fracking o fracturamiento hidráulico.
La aprobación en ambas cámaras de este proyecto es un paso importante para la protección del ambiente, de las personas y del clima, considerando que el fracking es una técnica sumamente riesgosa y contaminante del suelo, fuentes de agua y del aire, que induce actividad sísmica, genera daños en la salud de las personas, en especial de mujeres, infancias y personas adultas mayores, además de contribuir de forma considerable en el incremento de la temperatura y en la crisis climática. Además de todos los daños que provoca esta técnica, está demostrado su bajo rendimiento: con pozos fracturados que tienen un período de vida productiva de entre 2 y 4 años, con un alto costo al cual se suma la destrucción masiva de territorios que se convierten en zonas de sacrificio.
En México esta técnica comenzó a utilizarse al menos desde 1996 en pozos convencionales, fracturando desde entonces 7,879 pozos en un esquema de total ilegalidad y opacidad, sin informar ni consultar a comunidades afectadas, generando daños en los territorios y sus fuentes de agua, impactos a la salud y pasivos ambientales de los que hasta ahora las autoridades correspondientes no se han hecho responsables. A pesar de la falta de regulación, sin información pública, y sin consultar a las comunidades, Pemex inició la exploración de pozos no convencionales de lutitas en 2006, fracturando hasta ahora 34 pozos exploratorios, en preparación para poder realizar una extracción a gran escala en este tipo de yacimientos. A la fecha se han destinado recursos públicos para su desarrollo, los cuales fueron por 4,063 millones de pesos para este 2024″.
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