La investigadora destacó que “durante los últimos 20 años, 80 por ciento de los aspirantes a realizar una residencia médica eran rechazados”.
El sistema de salud “está enfermo” y le urge pasar ya a una “terapia intensiva” con más recursos presupuestales, con más personal, con políticas públicas en alimentación y otros diversos apoyos, estimó María Carrillo Farga, profesora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En entrevista con EL FINANCIERO, alertó que, en el combate al COVID-19, México es “un caso que pasa por una situación grave”, por los altos contagios –hasta 21 mil 366 en un día–, las muertes y la saturación hospitalaria.
“El país ha tenido que enfrentarse al debilitamiento de la seguridad social que ocurrió durante las últimas décadas, cuando lo que se necesita es un sistema universal de salud”, dijo.
En el marco del arranque, este lunes, del XXX coloquio internacional “El sistema de salud, la salud del sistema” –organizado por 17 Instituto de Estudios Críticos, con sede en México–, la académica reveló que “las insuficiencias en el sistema de salud son la falta de recursos humanos, personal con formación, porque de cada 43 mil solicitudes de especialidades que se hacen cada año, sólo ingresa el 20 por ciento, aunque, este año, por primera vez en muchísimo tiempo, el número de aceptados se incrementó en 100 por ciento, aunque estos especialistas tardarán varios años en terminar su formación”.
También destacó que “durante los últimos 20 años, 80 por ciento de los aspirantes a realizar una residencia médica eran rechazados”.
Además, “las universidades retiraron a sus estudiantes de medicina e internos de los hospitales para no ponerlos en riesgo, lo que significó también otro golpe para los servicios de salud; lo mismo sucedió con estudiantes de enfermería. Hoy los estudiantes reciben educación clínica sin asistir a los servicios hospitalarios, por lo que tienen una formación incompleta”.
También “se aceptó que profesionales de la salud que, por su edad o por sus enfermedades estuvieran en mayor riesgo si contraían la enfermedad del coronavirus, dejaran de asistir a los servicios de salud; con ello, el problema de recursos humanos insuficientes que ya existía de falta de personal, se vio agravado”.
Recalcó que “es todavía una utopía en México el derecho a un servicio universal de salud; estamos aún muy lejos en México, y en el mundo, de poder lograr la atención universal, pero eso no quiere decir que no podamos llegar a tenerla”.