«Si nos tocara trabajar nos quedamos, esto ha sido muy cansado”, dijo una hondureña de 26 años que está ya en la frontera.


Migrantes centroamericanos que llegaron a la frontera norte de México tras un recorrido que inició hace más de un mes, dijeron el sábado que aceptarían empleo en el país en caso de que Estados Unidos no les permita el paso, aunque temen ser discriminados.

Lavando la ropa que han llevado puesta por semanas, haciendo largas filas para bañarse o recibir un plato de comida, dijeron que estarían dispuestos a trabajar en México ante la difícil situación que enfrentan, especialmente aquellos que realizaron la travesía hasta con tres hijos.

“Si nos tocara trabajar nos quedamos, esto ha sido muy cansado”, dijo Orbelina Orellana, una hondureña de 26 años, en el albergue Alfa y Omega de la ciudad de Mexicali, fronteriza con Calexico, California.

“Nosotros tenemos tres bebés y queremos trabajar para estar con ellos, yo lloro mucho de no poderles dar de comer como quisiera. Ya no podemos seguir aguantando más, solamente quiero una oportunidad”, agregó.

El Gobierno de México dijo la semana pasada que migrantes centroamericanos que obtengan un estatus legal en el país podrán ocupar miles de puestos de trabajo, la mayoría de ellos en la industria maquiladora. Cuando inició la caravana, los migrantes dijeron que su meta era pedir asilo en Estados Unidos pero el trámite podría tardar meses.

Además, apenas hace unos días el presidente Donald Trump suspendió el otorgamiento de asilo a quienes ingresen sin documentos por la frontera con México.

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