Los religiosos de esta orden católica, establecidos o que acuden por su labor clerical a comunidades apartadas de esta región, viven asediados por grupos delincuenciales 

Según una notad e Milenio, tan solo meses antes de que dos sacerdotes jesuitas fueran asesinados por el crimen organizado en la comunidad Cerocahui en la sierra Tarahumara, religiosas de esta misma orden católica ya habían sido amenazadas, denunció el padre Luis Gerardo Moro, Provincial de México, máxima autoridad de la Compañía de Jesús en el país.

Los religiosos de esta orden católica, establecidos o que acuden por su labor clerical a comunidades apartadas de esta región, viven asediados por grupos delincuenciales que controlan la montaña en Chihuahua

Una de las principales causas de estas amenazas del narco que opera en la sierra Tarahumara se da porque las religiosas tratan de impedir que los niños sean reclutados por el crimen organizado.

Y es que en estas comunidades apartadas coexisten dos proyectos: el educativo que, desde hace años, lleva la Compañía de Jesús; y el del narcotráfico que necesita manos para la cosecha de la chutama, como los rarámuris llaman a la mariguana.

“Uno les dice que a eso no se dediquen, que es malo, entonces llega a oídos de esas personas y la amenaza es que si seguimos diciéndoles a las personas que no trabajen para ellos, entonces nos van a violar, nos van a matar y sí tememos por nuestra vida”, contó una hermana jesuita que va más de 20 años trabajando en esta orden católica.

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