La excusa que estaban dando estos funcionarios de Pemex en aquel momento era que ese dinero lo querían también para financiar campañas electorales.
Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los pocos capos de alto vuelo que nunca han pisado una cárcel, describió en su diario cómo un grupo de miembros del Partido Acción Nacional (PAN), que venían de parte de PEMEX, le ofrecieron a su padre barcos que eran propiedad de la petrolera para transportar drogas a cambio de un porcentaje de las ganancias.
Lo anterior lo reveló la reconocida periodista Anabel Hernández durante una intervención en Aristegui Noticias, en la que dijo que la excusa que estaban dando estos funcionarios de Pemex en aquel momento era que ese dinero lo querían también para financiar campañas electorales.
“Van con el Mayo y le ofrecen ‘Sr. Zambada, aquí tiene los barcos de Pemex que usted puede ocupar para cargar lo que usted quiera, y de eso que usted transporte por favor nos da una porción de lo que venda porque lo queremos también para las campañas electorales”, dijo la autora del libro El Traidor.
“Es muy grave y por eso el caso de Lozoya es fundamental, puede servir como una lección de si realmente se puede seguir comprando gobernaturas, diputados, alcaldes… o si ya habrá un límite ejemplar…”, agregó la reconocida periodista.
“El caso de Lozoya generaliza una serie de prácticas viejas que tienen que ver con dinero ilícito para financiar campañas electorales: ahí están los presuntos 100 millones de pesos que llegaron a la campaña de Enrique Peña Nieto sin que nadie pudiera comprobar de dónde; ahí están Vicente Fox y sus amigos y los millones de pesos que el Instituto Federal Electoral ni siquiera pudo detectar de donde venían; y ahí está también Felipe Calderón, cuya campaña también estuvo manchada por una serie de irregularidades de financiamiento”, concluyó.
Anabel Hernández en sus anteriores publicaciones ya había revelado que Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública en la administración de Felipe Calderón, utilizaba al Ejército Mexicano y a la desaparecida Policía Federal para proteger al Cártel de Sinaloa. Usaba a las fuerzas armadas como instrumentos para atacar a los grupos criminales enemigos de “El Mayo”.
Hernández también ha afirmado en varias ocasiones que el verdadero jefe de jefes de los narcos mexicanos es Ismael “El Mayo” Zambada, pues es el único que ha estado por décadas en el narcotráfico sin que lo hayan detenido o asesinado; pero también, porque queda en evidencia (en el diario personal del “Vicentillo” al que la periodista tuvo acceso), la jerarquía que tenía sobre “El Chapo” o incluso sobre Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos.
La periodista de investigación expone que Vicentillo, hijo de `El Mayo´Zambada, narra en su diario una serie de hechos que muestran que su padre era quien decidía sobre todos estos narcos y el destino de la organización criminal.
Desde su libro, Los Señores del Narco, la periodista ya había apuntado que Guzmán Loera no era el jefe del Cártel de Sinaloa.
En su libro Anabel también desvela varios de los mitos que rodean al personaje de “El Mayo”, y da luz sobre varios episodios en la carrera del narco mexicano, de los cuales se sabía poco o nada.
“Quien realmente lo introduce en el mundo de las drogas es un hombre cubano, Antonio Cruz que ni siquiera está en el radar de nadie en México, que se casó con la hermana de `El Mayo´. Su cuñado era un importante narcotraficante de heroína, que primero fue un policía cubano en el régimen de Fidel Castro y que después emigra a Miami, y que intenta ser un importante narcotraficante en Estados Unidos. Es detenido y después emigra a México, conoce a la hermana de Zambada. En ese entonces Vicente Zambada y su familia estaban en la pobreza total. El Mayo tenía que lavar las llantas de los camiones, no tenía ni con qué mantener a su familia, es ahí cuando llega este cubano a cambiarles la vida la familia».
Por último, para cerrar su intervención, la periodista dijo que el antídoto para la actual polarización política y el financiamiento ilegal es la participación ciudadana, porque a pesar de que el crimen organizado tenga un largo historial de financiamiento de campañas políticas, al final es obligación de cada ciudadano saber por quien está votando.