A pesar de que se suele pensar que son más saludable, los productos orgánicos son, de hecho, los que más azúcares contienen.

Los yogures dirigidos a los niños contienen el doble de azúcar que los yogures naturales y son una fuente oculta de azúcares libres en la dieta infantil, alerta un estudio que publica la revista BMJ Open.

Investigadores británicos de las universidades de Leeds y de Surrey han analizado 921 yogures y otros productos lácticos, como natillas o flanes, de los principales supermercados del Reino Unido y han visto que los yogures dirigidos a los más pequeños, así como los fermentados etiquetados como orgánicos o ecológicos son los que más destacan por su elevado contenido de azúcar.

“Aunque el yogur puede ser menos motivo de preocupación que los refrescos o los zumos de frutas, las principales fuentes de azúcares libre en la dieta de niños y adultos, lo que es preocupante es que este lácteo fermentado, que se percibe como un alimento saludable, puede ser una fuente oculta de azúcares añadidos a la dieta”, dicen los autores.

Se sabe que una ingesta elevada de este endulzante en la infancia está asociada a un riesgo elevado de padecer caries. También sobrepeso y obesidad, que son uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud. Solo en 2016, más de 41 millones de menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos.

Sufrir de obesidad en la infancia predispone a tener esta enfermedad en la edad adulta que, a su vez, se asocia a otras dolencias como la diabetes y las patologías cardiovasculares. Los expertos recomiendan no consumir yogures con la fecha pasada.

En el estudio, los investigadores clasificaron en distintas categorías los yogures que se pueden encontrar en el supermercado, como natural, griego, de sabores, bebible, con bífidus, con frutas, orgánico o postres lácteos. También miraron preparados a base de soja o de queso fresco del tipo petit-suisse.

Vieron que las cantidades de azúcar que contenían variaban enormemente tanto dentro de una misma categoría como entre categorías. A excepción del yogur natural y el griego, la cantidad media de azúcar contenido en los productos de todas las categorías estaba por encima del límite que establece que un alimento es bajo en azúcar.

De hecho, menos del 1% de los productos analizados se consideraron bajos en azúcar y ninguno de ellos pertenecía a la categoría infantil. A excepción del yogur natural y el griego, la cantidad media de azúcar contenido en los productos de todas las categorías estaba por encima del límite que establece que un alimento es bajo en azúcar.

Según este estudio, los postres lácteos, como natillas y flanes, son los que contienen más azúcar, con una media de 16,4 gramos por cada 100 gramos de lácteo. Les siguen los destinados a los niños, los de sabores, con frutas y las categorías orgánicas. La media de azúcares iba de los 10,8 gr/100gr en los yogures infantiles, a los 13,1gr/100gr de los orgánicos.

En contraste, los yogures griegos cuentan con una media de 5gr/100gr de azúcar. “Si bien existe evidencia científica de que el yogur puede ser beneficioso para la salud, los productos que se pueden encontrar en el mercado varían mucho en cuanto a nutrientes en su contenido”, afirma en un comunicado Bernadette Moore, investigadora de la Escuela de Ciencia de los Alimentos y Nutrición de la Universidad de Leeds, y coautora del trabajo.

La OMS y otras agencias de salud pública recomiendan que menos del 10% de la ingesta diaria de calorías provenga de azúcares. Los niños de dos años no deberían tomar nada de azúcar y entre 4 y 6 años la ingesta debería limitarse a 19gr de sacarosa al día, por lo que un solo yogur podría cubrir esa cantidad.

De hecho, las nuevas guías de salud de la Unión Europea establecen que para 2020 se tiene que rebajar en un 20% el contenido de azúcar de los yogures. Por el momento no hay evidencia científica de que el yogur sea un factor de riesgo incrementado para la obesidad infantil, “la industria debe adecuarse para disminuir la cantidad de azúcar, pero el consumidor no puede dejar toda la responsabilidad en manos de los fabricantes. Si compras un yogur natural y le echas azúcar o miel, tanto da. A veces incluso echamos más cantidad de azúcar que la que contienen los yogures azucarados. También somos, los consumidores, parte activa en este problema”, reflexiona José Manuel Moreno, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *