La actitud mundial hacia el cannabis ha ido cambiando, inclinándose más hacia la exploración de sus posibles usos medicinales y su legalización. Ocho países, entre ellos Canadá, Uruguay, México y Tailandia, y 22 estados de EE.UU. han legalizado la marihuana recreativa, y unos 50 países la han legalizado para uso medicinal. Y muchos otros países están impulsando actualmente sus leyes en esa dirección.
Pero, al igual que ocurre con el tabaco y el alcohol, la legalización no significa que esa droga no sea perjudicial. La marihuana es también una de las sustancias más consumidas entre los adolescentes de todo el mundo. En Estados Unidos, más de 2,5 millones de adolescentes consumen cannabis de forma ocasional, según investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York, y el consumo de cannabis entre los jóvenes ha aumentado en las últimas décadas.
Por eso, la tendencia hacia la legalización y el uso medicinal ha hecho saltar las alarmas, sobre todo por los posibles riesgos para la salud de los adolescentes.
Un cerebro en desarrollo
Aunque puede ser difícil saber cuándo termina la adolescencia, está claro que es un periodo de tiempo que conlleva muchos cambios biológicos, entre los que se cuentan diversos cambios en el cerebro.
Durante esa fase se desarrollan y afinan áreas del cerebro relacionadas con el manejo de las emociones, las reacciones ante el estrés, las recompensas y la motivación, la toma de decisiones, el pensar antes de actuar, el control de los impulsos y el razonamiento, por nombrar solo algunos aspectos del comportamiento.
Todos estos cambios y presiones pueden hacer que los adolescentes sean más propensos a tener problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, los que pueden conducirlos a consumir sustancias como la marihuana para sobrellevarlos, según la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de EE. UU. (US Substance Abuse and Mental Health Services Administration). El problema es que el consumo de marihuana también puede, a largo plazo, empeorar esos problemas de salud mental.
Datos sobre el cannabis y la depresión
Un estudio, publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA), a principios de mayo, se enfocó en adolescentes que consumieron cannabis ocasionalmente en los últimos 12 meses. El estudio analizó las respuestas de casi 70.000 adolescentes a la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud de 2019.
La investigación reveló que, en comparación con los no consumidores, los que consumían marihuana pero no cumplían los criterios de adicción presentaban entre dos y cuatro veces más problemas de salud mental, como depresión, pensamientos suicidas, lentitud de pensamiento y dificultad para concentrarse.
Eso podría sugerir que existe una relación entre el consumo de marihuana y los problemas de salud mental, pero aún no está claro si el consumo es causa directa de afecciones psicológicas.
Otro estudio reciente publicado en JAMA Psychiatry descubrió que el consumo de marihuana en la adolescencia también se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar depresión y pensamientos suicidas en etapas posteriores de la vida.
Sin embargo, un estudio de 2022 publicado en el Journal of Psychopharmacology demostró que los adolescentes que consumían cannabis no eran más propensos a desarrollar problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, en comparación con los adultos que consumían cannabis. Sólo los adolescentes con adicción al cannabis mostraban un empeoramiento de la salud mental.
¿Es la marihuana la causa?
La correlación no equivale a la causalidad, por lo cual es difícil saber si el consumo de cannabis en adolescentes es la causa de una incidencia mayor de depresión y otros problemas psicológicos, o si los adolescentes con estos problemas son más propensos a consumir cannabis.
Para averiguar si el cannabis provoca problemas de salud mental en los adolescentes, es necesario seguir investigando.
Vía DW
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