El estudio arrojó que no existían diferencias verdaderamente importantes entre ambas dietas en lo que refiere a contraer enfermedades de riesgo.
Uno de los alimentos que siempre se han contemplado como parte de unos hábitos de consumo poco saludables y que puede conllevar problemas cardiovasculares ha sido la patata blanca. No obstante, los últimos informes parecen indicar que no son tan perjudiciales como podrían parecer.
En uno de los últimos ECA (ensayos controlados aleatorios) publicado en una prestigiosa revista de nutrición, los expertos han llegado a la conclusión de que incorporar unas 300 calorías de patatas fritas a nuestra comida habitual diaria no influye en un incremento de peso significativo ni en una alteración relevante en los niveles de azúcar en sangre.
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El estudio, en el que participaron 180 personas, se comparó el aumento de calorías, dividiendo a los sujetos en varios grupos, y en el que se analizó el consumo de 300 calorías de patatas fritas diarias y la misma cantidad de calorías, pero de almendras.
El ensayo resultó en que no existían diferencias verdaderamente importantes entre ambas dietas en lo que refiere a contraer enfermedades de riesgo como puede ser la diabetes, irregularidades en la cantidad de insulina y glucosa en sangre o si quiera un aumento de peso en un corto periodo de tiempo.
Es cierto que pueden existir diferencias entre usuarios, sobre todo en términos de metabolismo o hábitos saludables, pero las conclusiones de dicho estudio esclarecen que al menos, a corto plazo, las diferencias de incluir cierta cantidad de patatas fritas a nuestra alimentación habitual o no, no son especialmente dramáticas.