Una vacuna ‘extra’ multiplica por 12 la producción de anticuerpos cuando se administra seis meses después de la primera, según la compañía.
Una dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson y Johnson proporcionó una protección del 100 por ciento contra la enfermedad grave al ser administrada dos meses después de la primera inoculación, según datos ampliamente anticipados que sugieren que aumenta la potencia de la vacuna de dosis única.
La vacuna de refuerzo fue un 94 por ciento eficaz en la prevención de las infecciones sintomáticas de COVID en la parte estadounidense del ensayo de fase III, y un 75 por ciento eficaz en general cuando se administró 56 días después de la dosis inicial, informó la empresa en un comunicado. En un segundo estudio se comprobó que la dosis adicional multiplicaba por 12 la producción de anticuerpos contra el COVID cuando se administraba seis meses después de la primera.
Los resultados surgen en un momento en que muchos países desarrollados recurren a las vacunas de refuerzo para hacer frente a la disminución de la protección de algunas vacunas y al aumento de la variante Delta, más infecciosa, que está provocando nuevos brotes en todo el mundo. La medida ha planteado dudas sobre el nivel de protección que ofrecen las vacunas existentes y la distribución equitativa de las vacunas ahora disponibles.
“Nuestra vacuna de dosis única genera fuertes respuestas inmunitarias y una memoria inmunitaria duradera”, dijo Mathai Mammen, jefe global de investigación y desarrollo de la unidad de medicamentos Janssen de Johnson & Johnson, en el comunicado. “Cuando se administra un refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson, el grado de protección contra el COVID-19 aumenta aún más”.
El periodo de tiempo entre la vacuna inicial y la vacuna de refuerzo fue significativo, según la investigación. Cuando la segunda dosis se administró dos meses después de la primera, provocó un aumento de cuatro a seis veces en los niveles de anticuerpos, menos que el incremento de 12 veces que se observó cuando se administró seis meses después de la dosis inicial.
La mayoría de los estadounidenses vacunados han recibido las potentes vacunas de ARN mensajero de dos dosis fabricadas por Pfizer y BioNTech, o Moderna, y un grupo más pequeño ha recibido la vacuna de dosis única de J&J.
Decisión sobre vacuna de refuerzo
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos está a punto de decidir si autoriza una tercera dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech para las personas vulnerables que ya recibieron el esquema normal de dos dosis. El 17 de septiembre, un panel de asesores de la FDA rechazó la propuesta de Pfizer de recomendar ampliamente una tercera dosis y, en su lugar, votó a favor de administrarla solo a personas de alto riesgo, incluidas las de 65 años o más. Se espera que la agencia, que no está obligada a acatar el consejo del panel, tome una decisión en los próximos días.
Moderna, que también fabrica una vacuna ARNm de dos dosis para el COVID, solicitó a la FDA la autorización de emergencia para su vacuna de refuerzo contra el coronavirus. Se espera que la agencia evalúe la solicitud en las próximas semanas.
Esto ha dejado al menor número de residentes de Estados Unidos que recibieron la vacuna de J&J, que demostró ser menos eficaz que las inyecciones de ARNm en los ensayos clínicos, a la espera de que se aclare si ellos también necesitarán refuerzos y, de ser así, cuándo.
Por separado en su comunicado, J&J dijo que una sola dosis de su vacuna proporcionó una fuerte protección que se mantuvo estable hasta julio. El estudio del mundo real comparó a 390 mil personas en EU fueron inoculadas con la vacuna de J&J con 1.5 millones que no fueron vacunadas.
La inmunización redujo las hospitalizaciones en 81 por ciento y las infecciones en 79 por ciento, indicó la compañía. No hubo evidencia de que la protección disminuyera con el tiempo, incluso después de que la variante Delta llegara a dominar el brote en EU, señaló.
J&J ha proporcionado los datos disponibles a los reguladores de EU y tiene previsto enviarlos a los reguladores de otros países, así como a la Organización Mundial de la Salud (OMS).