El tratamiento consiste en dos pastillas que deben tomarse entre 12 y una hora antes de ingerir alcohol.
La empresa sueca DeFaire Medical AB empezó a comercializar una pastilla llamada Myrkl, que permite tomar alcohol y evitar después sufrir la resaca. Para ajustar las expectativas, repasamos el estudio en el que se basa la empresa: un estudio realizado con 24 individuos, jóvenes y sanos, que deja más preguntas que respuestas sobre su efecto real.
Una empresa sueca promete el milagro: «La pastilla para antes de beber que funciona».
Esa es la frase con la que la farmacéutica DeFaire Medical AB comercializa su producto Myrkl, que previene la resaca al reducir el nivel del alcohol en sangre. Según la información difundida por la empresa a los medios británicos, por menos de 40 dólares cualquiera se puede ahorrar hasta 15 resacas (o crudas, o gomas, o guayabos, en un ejemplo de la riqueza del vocabulario hispano para agrupar los síntomas del cuerpo eliminando a toda marcha grandes cantidades de alcohol).
El tratamiento consiste en dos pastillas que deben tomarse entre 12 y una hora antes de ingerir alcohol. El contenido de esas pastillas es básicamente probiótico e incluye dos bacterias que ayudan a procesar el etanol, el compuesto químico de las bebidas con azúcar fermentado. De esta forma, las bacterias ayudan a convertir el etanol en agua y dióxido de carbono, acelerando el proceso metabólico del cuerpo y evitando que tanto alcohol llegue a la sangre.
Las cifras del estudio en el que la compañía basa su marketing son asombrosas: después de una hora de ingerir la bebida, el alcohol en sangre era un 70% menor en las personas que habían tomado la pastilla Myrkl que en las personas que habían tomado un placebo.
Sin embargo, eso significa también que las personas que tomaron el fármaco probablemente se emborracharon menos, ya que el intestino, donde actúan los probióticos de la pastilla, absorbe aproximadamente el 80% del alcohol y es el alcohol en la sangre el que da la sensación de euforia y desinhibición.
¿Es fiable este estudio?
La información de Myrkl la estudian un grupo de científicos alemanes y luxemburgueses que, financiados por DeFaire Medical AB, diseñaron un experimento para comparar los efectos de la pastilla con un placebo.
Separados en dos grupos, los participantes tomaron las cápsulas durante una semana seguida durante la cual no ingirieron nada de alcohol. Después de siete días, comieron un «desayuno ligero» y bebieron una cantidad moderada (de 47mL a 89mL de un destilado con una graduación del 40%). Luego compararon los niveles de alcohol en sangre del grupo del placebo y del grupo del tratamiento.
La primera alarma es que solo participaron 24 individuos en el estudio, de los cuales diez no presentaron un nivel «medible» de alcohol en sangre. Eso significa que esa impresionante cifra del 70% mencionada al inicio se consiguió de una muestra de 14 personas, que podría considerarse pequeña para ser realmente significativa.
Ante las dudas que surgen frente al producto de Myrkl, cabe recordar que gran parte de la resaca es deshidratación, por lo que es importante beber agua a la vez que se toma alcohol. También se puede ayudar a evitar la irritación del estómago asegurándonos de haber comido antes de ingerir licor.
Sin embargo, antes que pastillas anunciadas como milagrosas, la mejor forma de evitar el impacto sobre nuestro cuerpo de la borrachera es consumir con moderación, o no consumir en absoluto.