Se trata de una estación que nos brinda múltiples opciones y nuevos productos de temporada.
La llegada del otoño, de las rutinas, los colegios, la vuelta al trabajo, pueden suponer una oportunidad para recuperar los buenos hábitos, entre ellos una dieta sana y equilibrada, así como la práctica deportiva, que quizás hemos descuidado en verano.
Se trata de una estación que nos brinda múltiples opciones y nuevos productos de temporada que en este artículo vamos a recordar con la ayuda de Mónica Pérez, presidenta de la Asociación Pro-Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Extremadura y miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
Así, y en una entrevista con Infosalus, la experta resalta que solemos asociar el otoño con la vuelta a la rutina, colegios, trabajo, horarios más exigentes, con organización, al fin y al cabo; una planificación en la que incluimos también la alimentación. «Tras los extras del verano y esos frecuentes kilos de más podemos aprovechar el otoño como punto de inflexión para corregir errores dietéticos, recuperar la práctica deportiva y, por tanto, mejorar nuestra salud», detalla.
Se trata de una época en la que disminuyen las horas de luz, hace más frío y se celebran menos eventos, lo que también ayuda a que se realicen menos comidas fuera de casa que, desgraciadamente, suelen ir también acompañadas de alcohol. «Con el cambio de estación llegan también alimentos nuevos, recetas diferentes y los horarios se estabilizan para que resulte más fácil llevar una alimentación saludable y equilibrada», subraya la dietista-nutricionista.
Aquí recuerda que un alimento de temporada es aquel que se cosecha o se reproduce específicamente en una temporada en concreto del año, un concepto que se asocia con alimentos de proximidad, pero probablemente más económicos, más respetuosos con el medio ambiente, y normalmente más sabrosos y nutritivos.
Con ello, enumera y describe brevemente cuáles son los 5 principales alimentos que nos trae el otoño:
– Setas: hay que tener especial cuidado en su recolección para evitar cuadros de intoxicación; muy ricas en agua y por ello bajas en calorías; pobres en grasas y, como cualquier alimento de origen vegetal, sin colesterol; ricas en fibra, ayudan a mejorar el tránsito intestinal; ricas en potasio y bajas en sodio, las convierte en un alimento apto en casos de hipertensión y otros problemas cardiovasculares; se trata de un vegetal con alto contenido proteico y, al ser ricas en purinas, su consumo debe ser moderado en casos de hiperuricemia.
– Castañas: la castaña es un fruto seco con composición nutricional más similar a los cereales, ya que es rica en carbohidratos y menos calórica y con un menor contenido graso que estos; destaca su contenido en potasio y ácido fólico; pueden consumirse asadas, en puré o crema, o en postres.
– Calabaza: pertenece a la misma familia que el pepino, calabacín, sandía o melón, por ejemplo. Rica en agua y, por ello, poco calórica; su contenido en fibra hace que sea saciante y útil en casos de estreñimiento; rica en betacarotenos, precursor de la vitamina A, que es esencial para la visión, piel y mucosas y sistema inmunológico; contiene también vitaminas antioxidantes, potasio, fósforo y magnesio; puede consumirse asada, en cremas e incluso como ingrediente de alimentos de repostería.
– Higos: es una de las frutas con mayor contenido en azúcares pero no por ello su consumo debe ser desterrado; de hecho, es un alimento útil en deportistas; saciante y regulador del tránsito intestinal por su alto contenido en fibra; rico en potasio, fósforo y magnesio; puede consumirse fresco y seco (en este caso pierde su contenido en agua y se concentran los azúcares) como postre, tentempié o ingrediente formando parte de ensaladas, tostadas y otros guisos.
– Granada: fruta escasamente calórica por su bajo contenido en hidratos de carbono; contiene fundamentalmente agua y otras vitaminas y minerales entre los que destacan la vitamina C y el potasio; rica en taninos y antioxidantes que la convierten en un alimento apto en patologías digestivas, así como en la prevención de enfermedades cardiovasculares y degenerativas; puede tomarse como postre pero también formar parte de zumos y ensaladas.