A sus 102 años, Irene salta en paracaídas para generar conciencia sobre la esclerosis, enfermedad que mató a su hija Irene O’Shea realizó el salto como una una iniciativa para recaudar fondos que sirvan a las personas con esta enfermedad

A sus 102 años, Irene salta en paracaídas para generar conciencia sobre la esclerosis, enfermedad que mató a su hija Irene O’Shea realizó el salto como una una iniciativa para recaudar fondos que sirvan a las personas que padecen esclerosis, una enfermedad que le provocó la muerte a su hija, y además para generar conciencia.

La mujer busca reunir fondos para apoyar a las personas que padecen dicha enfermedad, la cual le provocó la muerte a su hija. 

El audaz desafío se realizó este domingo como un acto de valentía que pretende generar conciencia sobre una enfermedad neuronal que mató a su hija y recaudar fondos para una de las organizaciones que apoyan a los pacientes que la padecen, informó The Advertiser.

La intrépida anciana llegó al lugar apoyándose sobre su bastón y caminando con un poco de ayuda. Sin embargo sus condiciones de salud no fueron impedimento para saltar a más de 4 mil metros de altura a favor de los pacientes que sufren enfermedades degenerativas neuronales como la esclerosis lateral amiotrófica, que produce el debilitamiento muscular, espasmos e incapacidad para mover los brazos, las piernas y el cuerpo hasta conllevar la muerte del quien la padece.

“Perdí a mi hija por esa terrible enfermedad hace 10 años y la extraño”, declaró O’Shea. Esta es la tercera vez que la mujer practica este tipo de saltos. El primero de ellos lo decidió al cumplir 100 años marcando un récord como la paracaidista más longeva del planeta.

El año siguiente repitió la aventura y recaudó aproximadamente 8 mil 600 dólares a favor de la Asociación de Enfermedades Neuronales Motoras de Australia del Sur. En esta ocasión su objetivo es reunir 10 mil dólares más para la fundación a través de la plataforma de donaciones GoFundMe.

Emma Skully, una de sus nietas, admite que inicialmente se opuso a la aventura que su abuela había quería emprender, pero al conocer la causa que motivaba su decisión, estaba orgullosa de su coraje y decidió no intervenir. Además sus familiares aseguran que la centenaria maneja su propio automóvil y no necesita lentes para leer. “Posiblemente saltaré el año que viene y si vivo lo suficiente, saltaré a los 105”, avisó la veterana paracaidista.

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