Un gran temor de los epidemiólogos es que la temporada de la gripe que comienza este otoño en el hemisferio norte coincida con una segunda ola de covid-19, unas condiciones que podrían desencadenar una tormenta perfecta.


Un grupo de científicos del Centro Nacional de Enfermedades Comunicables de Sudáfrica (NICD, por sus siglas en inglés) se propuso realizar un estudio el pasado mes de marzo para analizar la interacción entre el nuevo coronavirus y la gripe común.

¿Qué pasa si una persona se infecta con el nuevo coronavirus y uno de los virus respiratorios de temporada, como la influenza? ¿Se incrementan o reducen los riesgos de una segunda infección si ya tienes la primera?

Las preguntas, sin embargo, quedaron en el aire. El estudio no salió adelante por la razón más sorprendente: desde marzo, los expertos pudieron estudiar únicamente un caso de gripe, lo que queda muy lejos de los 700 que registran en una temporada normal.

Se trata de una situación sin precedentes, según explicó la epidemióloga Cheryl Cohen, directora de enfermedades respiratorias de esa institución, en un estudio que recoge la revista Science .

Cohen cree que algunos casos seguramente no se registraron debido a que las clínicas estaban cerradas por la pandemia y las personas con síntomas leves tenían reticencias a la hora de acudir a los centros sanitarios.

Pero la experta piensa que, en conjunto, la explicación más probable es que las medidas tomadas para evitar la propagación de la covid-19 evitaron también las de la gripe.

La distancia social, el lavado de manos y las mascarillas son útiles frente a cualquier virus, dijo Cohen. Algo similar sucedió en otras zonas del hemisferio sur como Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Chile y Sudáfrica, países en los que se implantaron medidas de confinamiento y de distanciamiento social muy estrictas. En estos países, los casos de gripe descendieron notablemente con respecto a otras temporadas.

Y todo ello puede ser muy relevante de cara al invierno en el hemisferio norte. Menos casos en el sur podrían significar menos infecciones en el norte, dijo Pasi Penttinen, director de Gripe y Enfermedades Infecciosas del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés).

Sin embargo, si los confinamientos y las medidas de distanciamiento social se relajan en octubre, noviembre y diciembre, la gripe podría extenderse más rápidamente que lo hizo en el sur. La posibilidad de que convivan la gripe con el coronavirus es una pesadilla para los expertos.

En EEUU, donde algunas zonas ya experimentan problemas y retrasos para ofrecer los resultados de los tests de covid-19, la situación resultaría caótica si se añadiesen los síntomas de la gripe, fáciles de confundir.

Al temor al colapso en el sistema de tests y hospitalario se suma la falta de conocimiento sobre cómo podría interaccionar el nuevo coronavirus con el de la influenza, lo que deseaban estudiar los científicos de Sudáfrica (sin éxito). No se sabe qué ocurre si contraemos gripe a la vez que coronavirus.

«Un virus es malo, dos o tres pueden ser muy malos», dijo Ian Barr, subdirector del Centro Colaborador de Referencia e Investigación de la Organización Mundial de la Salud sobre la Gripe en Melbourne, Australia.

DISTINGUIR ENTRE AMBOS VIRUS

La infección simultánea con coronavirus y gripe serán relativamente infrecuentes, sostienen los expertos.

Quizá más preocupante sea la incógnita de si un virus incrementa la susceptibilidad al otro, así como la dificultad para distinguir entre ambas enfermedades, que comparten sintomatología.

Otro problema más: las vacunas de la gripe, causada por la influenza, un virus con muchas mutaciones, se preparan tras comprobar cuál de ellas, en concreto, ha incidido en el hemisferio contrario.

Esto quiere decir que, basándose en la incidencia en el sur, el norte hace acopio de una u otra vacuna. Como la incidencia ha sido muy escasa, en el norte hay menos pistas para saber cuál es el virus que ha causado más casos. El caso de Sudáfrica trae a la luz otras dudas.

Mientras la gripe no tuvo apenas incidencia, como señalábamos al principio, el país se encuentra entre uno de los más afectados por el coronavirus en todo el mundo. La respuesta podría estar en las diferencias fundamentales entre los dos virus.

“Parece claro que el coronavirus es simplemente mucho más contagioso que la gripe”, señaló Halima Dawood, directora de enfermedades infeccionas de Greys Hospital, uno de los mayores, al Washington Post. “Esto es una prueba de que las medidas simples de contención son efectivas contra la gripe, pero no suficientes para el coronavirus”.

En cualquier caso, los países del norte se preparan para hacer frente a la temporada de la gripe con dosis masivas: fabricantes como GlaxoSmithKline y AstraZeneca ya han anunciado incremento de la producción para la temporada 2020-21. Por qué es tan importante vacunarse contra la influenza antes de que comience la temporada de gripe

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