Las jóvenes eran originarias de Izúcar de Matamoros y según sus familiares, el día de la balacera habían salido al cine; acusan ejecución extrajudicial


Nefertiti y Grecia N. de 14 y 16 años de edad, eran originarias de Izúcar de Matamoros, y el pasado 10 de marzo murieron baleadas por policías del estado de Veracruz, durante un operativo realizado en Río Blanco.

La Fiscalía de Veracruz reportó que las dos adolescentes y un joven, quien también murió en la balacera, estaban involucrados con el crimen organizado. Entre sus ‘pruebas’, destacó el tatuaje en una de ellas,’en forma de la mitad inferior de una calavera’; es más, acusó que estaban vinculadas a la banda de El Bukanas, la cual está dedicada al robo de combustible.

En contraste, según familiares de las menores de edad, estaban en esa ciudad para visitar a su mamá, Cinthia N., de 32 años de edad; además, aseguraron que ambas fueron asesinadas posterior al operativo, lo que consideraron una ejecución extrajudicial según una fotografías difundidas en redes sociales, pues en una primera imagen se ve a una de las jovenes aun con vida y luego tirada en el pavimento, bañada en sangre.

Ante las acusaciones contra los policías, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, rechazó las imputaciones. «Está demostrado que las tres personas están vinculadas a la delincuencia organizada. Es muy lamentable que mujeres jóvenes participen, pero en estos hechos se acreditó que así fue».

En tanto, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en Veracruz descartó iniciar una investigación por estos hechos ni iniciará una queja de oficio, según estableció Namiko Matzumoto Benítez, presidenta del organismo, que pese a ello, ya se puso en contacto con la familia para darles el apoyo necesario.  Explicó que la familia decidió no presentar queja.  “No les puedo imponer la actuación de la Comisión si ellos no desean activar los mecanismos que nosotros les ofrecemos”.

En un comunicado oficial, la Fiscalía rechazó que los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública hayan practicado una ejecución extrajudicial en contra de las dos mujeres, quienes vivían con su padre Jesús Camacho en Izúcar de Matamoros, Puebla.

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