En la República Mexicana, fueron 421 uniformados federales, estatales y municipales los que perdieron la vida en 2019.
Puebla cierra el año con 19 policías asesinados, cifra menor a la de 2018 cuando se registraron 28 casos, según lo reporta la organización Causa en Común.
En la República Mexicana, fueron 421 uniformados federales, estatales y municipales los que perdieron la vida en 2019, de ellos el 4.5 por ciento perecieron en territorio poblano.
El estado con más bajas fue Guanajuato, con un total de 66; siguió Michoacán, con 40; en Chihuahua fueron 31; Jalisco, perdió 29 policías; Guerrero, 25; Sonora y el Estados de México, 23 cada uno.
En todas las entidades mencionadas fueron asesinados 256 integrantes de corporaciones policiacas, es decir 60 por ciento del total registrado en el país.
En Oaxaca fueron 16 policías asesinados, en Morelos y Veracruz, 15 por separado; 12 en Sinaloa; mientras que Tabasco y Zacatecas registraron nueve pérdidas.
En Durango, ocho policías fueron privados de la vida, lo mismo ocurrió en Quintana Roo; Coahuila, Tlaxcala y Tamaulipas registraron baja de seis en sus respectivos territorios, mientras que en Nuevo León y Chiapas fueron cinco.
Otros estados con asesinatos, fueron San Luis Potosí, cuatro, al igual que Colima; mientras que en Querétaro, Hidalgo y Nayarit, hubo dos policías asesinados en cada uno de esos estados.
De los 19 uniformados que fueron asesinados en Puebla, el primero registro fue en enero, se trató de Rafael Alvarado Martínez, quien fue ultimado en San Salvador Huixcolotla.
En febrero ocurrieron otras tres bajas, dos de ellas en Los Reyes de Juárez donde el comandante Diego Hernández y el oficial Fabián Velázquez fueron ultimados durante un ataque en el cambio de turno.
En tanto que Jorge Sánchez perdió la vida en Yehualtepec, a manos de integrantes de una banda dedicada al robo de vehículos.
Durante abril cinco más fueron asesinados. Daniel Aguilar Varela, en Jolalpan; Omar Lázaro Hernández, en San José Chiapa; Renato Rojas Morales, en Puebla capital; Antonio Bartolomé de La Luz, en Acatzingo; y uno más, del que no se difundió su nombre, pero que fue agredido por un comando en Ahuazotepec.
En mayo ocurrió un homicidio más, en Acatzingo, donde se reportó la baja de Zaragoza Jiménez Pérez.
En junio fueron otros tres casos; el de Rafael Negrete López y Herminio Gutiérrez, en Ahuazotepec; así como el de Eusebio Pozos Cuauhtle Magdalena, en Tlatlauquitepec.
A lo largo de julio se registraron tres decesos más, el de Pedro Martínez Rendón y Feliciano Sarabia Benito, en Guadalupe Santa Ana; así como el de Francisco Daniel Tela Flores, en Puebla.
Jesús Nájera y Víctor, fueron ultimados en noviembre, en la capital del estado y Tecamachalco, respectivamente.