Agentes de Migración y la Guardia Nacional separaron a bebés, niñas, niños y adolescentes de sus madres migrantes en Palmar de Bravo durante un operativo montado a la orilla de la carretera Tecamachalco–Cañada Morelos, donde la caravana «Migrar o morir de hambre» conformada por más de 300 personas en situación de movilidad humana, transitaba.
El violento operativo se perpetró a la altura de San Isidro Monterrosas donde habitantes documentaron la agresión que sufrieron estas personas que ingresaron al estado de Puebla, la tarde del sábado 3 de febrero provenientes de Veracruz.
Inicialmente la caravana venía custodiada por elementos de la Guardia Nacional que los escoltaron en el territorio Veracruzano, pero al llegar a Cañada Morelos, en Puebla, los dejaron porque decidieron pasar allí la noche, antes de seguir caminando.
No obstante, al llegar a Palmar de Bravo, el día domingo 4 de febrero fueron interceptados por los agentes del Instituto Nacional de Migración (INAMI), con apoyo de la Guardia Nacional.
Las mujeres migrantes que quedaron libres y que lograron evitar ser subidas a los autobuses y vehículos, denunciaron que su hijos y esposos fueron golpeados, y que a ellas les dieron toques eléctricos.
Una de las mujeres acusó que no sabía nada de su hija de solo 14 años de edad, a la cual «ultrajaron» los agentes, según su exposición.
Todas las migrantes externaron entre llanto y palabras entrecortadas por la desesperación que no sabían nada de sus familiares, y que también agredieron a embarazadas y personas de la tercera edad.
A la orilla de la carretera se pudo ver cómo quedaron regadas las pocas pertenencias con las que viajan estas personas que, en su mayoría, salieron huyendo de la pobreza y la violencia en Honduras, y otros países de Centroamérica, y que intentan llegar al norte del país para brincar a estados unidos para encontrar una mejor calidad de vida.
Es muy importante mencionar que durante la «redada» un autobús que iba a apoyar en la captura de los migrantes volcó sobre la autopista.
Esta caravana de migrantes salió el pasado 20 de enero de 2024 de Honduras y había transitado por todo el sureste mexicano sin ningún problema, hasta que llegaron a Puebla, donde ya temían de por ser víctimas de la delincuencia.
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Foto: Especial