El pasado 20 de septiembre, en el número 10 de la calle Moctezuma, en el centro de Huauhinango, Paulino llegó ebrio a la casa de su familia

En el Hospital de Traumatología y Ortopedia «Rafael Moreno Valle», una mujer está en riesgo de morir. Según el parte médico, tiene quemaduras de segundo y tercer grados en 40 por ciento de su cuerpo. De acuerdo con sus hijos, Paulino Cristóbal es el culpable de las lesiones de Estela Cruz Clemente. Dicen ellos que su padre es el responsable.

“Mi mamá prende lumbre con leña. Entonces, él agarró y entonces, aventó la gasolina a la lumbre. Desgraciadamente, también le tocó a mi mamá. Ella se incendió, lamentablemente ahora estamos en el hospital”, cuenta Daysi Cristóbal Cruz, hija de Estela y Paulino.

El pasado 20 de septiembre, en el número 10 de la calle Moctezuma, en el centro de Huauchinango, Paulino llegó ebrio a la casa de su familia. Exigió comida. Su todavía esposa, de quien se separó hace unos años, no le hizo caso. Sus hijas de 9 y 16 años, también los ignoraron. Con coraje, aventó al fuego una botella con gasolina, la cual se convirtió en una bomba molotov que explotó en Estela, quien de inmediato quedó envuelta en llamas.

“Desgraciadamente, tuvo un accidente provocado. Desgraciadamente, el accidente fue provocado por mi papá, el esposo de mi mamá”, dice la mujer de 26 años de edad, en entrevista..

Estela tenía 13 años de edad cuando fue obligada a casarse con Paulino, que para entonces tenía 27. De inmediato se embarazó. A la fecha tiene seis hijos. Dos de las cuatro mujeres atestiguaron lo sucedido. Los varones, de 30 y 20 años de edad, sólo llegaron para encontrar a su madre luchando contra el fuego. En el patio de la vecindad, hubo quienes tomaron la decisión de echarle agua para apagar las llamas.

«Las quemaduras de tercer grado son algo profundas y pues el hecho de que esté aquí y que esté consciente, no quiere decir que está fuera de peligro. Le puede dar pulmonía. Corre muchos riesgos, tan sólo al sedarla», comenta Daysi, a quien le han regalado ropa y la ayudan con comida desde hace dos semanas, cuando llegó al nosocomio.

Ella admite que su madre es víctima de violencia familiar, reconoce que varias veces fue testigo de las agresiones, pero nunca pensó que esta situación llegaría al grado de poner al borde de la muerte a su progenitora, quien considera que es una de tantas mujeres que padece esta situación en la Sierra Norte de Puebla, como en otras partes del país.

“Lamentablemente hay muchos lugares en el pueblo de donde somos originarios, es un pueblito muy escondido, se llama San Lorenzo Chiconcuautla, ahí hay mucha violencia, hay mucha familia que vive así, pero ya se resignaron ellos a que tienen que vivir así y pues nadie dice nada, las mujeres se quedan calladas”.

Para Olimpia Coral Mero, activista y fundadora del Frente Nacional para la Sororidad, este caso no puede considerarse como un hecho aislado, si no como la muestra de la violencia machista que las mujeres padecen en la entidad.

Estela vive tres condiciones de desigualdad: es mujer, es pobre y es indígena. No es un caso aislado. Cientos de mujeres en este país y en la Sierra Norte de Puebla, por supuestos, están viviendo los estragos de la violencia. Y no podemos seguir pensando que la violencia machista, la violencia cometida contra las mujeres es algo banal, porque es brutal pensarlo así”.

Coral Mero destaca que el caso de Estela pudo haber sido un feminicidio más en la entidad, el número 80 de este año, por lo que exigió a las autoridades atender este problema.

En tanto, Daysi revela que ya hay una denuncia penal en contra de Paulino, la cual incluye declaraciones de su madre y hermanos, por lo que entiende que su padre podría ser puesto tras las rejas; sin embargo, considera que si así se hace es justicia… ni modo.

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