La compañía italiana fue fundada por Bautista Farina, alias “Pinin”, gran diseñador y constructor de automóviles.
Hola amigos, hoy les traigo la historia de un Cadillac prototipo muy especial.
La compañía italiana fue fundada por Bautista Farina, alias “Pinin”, gran diseñador y constructor de automóviles. Juntando su apellido con su apodo creó la famosa firma Pininfarina.
Pininfarina ha trabajado con las mayores marcas del mundo, creando autos impresionantes.
Cadillac, una gran marca americana, le hizo el encargo de la 2da. generación de su exclusivo Eldorado Brougham (1957 – 1958) a Pininfarina.
El diseño era de Cadillac, de los diseñadores Chuck Jordan y Dave Holls. Fue muy sonado que la marca perdía mucho dinero con cada auto fabricado, tanto así que después de tan sólo 200 autos entre 1959 y 1960 deciden parar el programa Brougham.
Pero Pininfarina NO estaba lista para terminar la relación con Cadillac, así que fabricó 4 prototipos de lo que sería la 3ra generación de Brougham.
3 de éstos fueron:
Skyligh coupe
Skyligh convertible
Starligh coupe
El 4to. prototipo fabricado fue un modelo 1961. Lo nombraron Jaqueline en honor a la primera dama recién electa de Estados Unidos Jaqueline Kennedy, pensando que así podrían convencer a los directivos de Cadillac.
El Jaqueline debutó en el Salón de Paris en octubre de 1961. Originalmente fue pintado en color Ernie White.
Los rines, tablero, columna de dirección era de un Cadillac 1961, el resto del auto era diseño de Pininfarina.
La firma italiana hizo un diseño simple, lienzos grandes sin adornos llamativos. Incluso aquí les comparto un dato curioso: originalmente NO tenia el característico emblema V en el cofre, porque el Jaqueline NO tenía motor, era lo que se llama un pushmobile, es decir, un ejercicio de diseño, un armazón tubular y encima la carrocería.
A mediados de los años 90´s el Jaqueline, que había permanecido en la colección de Pininfarina fue vendido a un concesionario Ferrari, propiedad de Philippe Lancksweet. Michael Krunch de Bruselas fue el encargado de pintarlo de color dorado.
Tiempo después, Alain Dominique Perrin, director de Cartier Group compra el Jaqueline y encarga a Harbor Auto Restoration hacerlo un auto funcional. En el año 1996 se le hace una restauración y adaptación de un Cadillac 1960 Eldorado Biarritz, toda la mecánica, piezas del interior, sistema eléctrico, logrando que actualmente sea un auto totalmente restaurado y manejable.
Lo último que se supo es que en 2012 fue comprado por un coleccionista alemán.
Una historia muy interesante para un auto especial, digno de cualquier colección.
Espero que les haya gustado, los veo en la siguiente.