Felipe tuvo la gran oportunidad de vivir su gusto por la marca desde la fábrica, de poder estar desde adentro ayudando, opinando con los diseños.
Hola amigos, sabemos que recientemente falleció el Príncipe Felipe de Inglaterra, esposo de la Reina Isabel II, a la edad de 99 años.
Fue un gran fanático de la marca inglesa Land Rover.
Desde los inicios de Land Rover fue el gusto de la Casa Real, incluso cuando hacían sus viajes al extranjero, mandando sus camionetas para estar listas en sus giras oficiales, viajes de descanso, las salidas a cazar o simplemente los paseos familiares.
Hubo varias recepciones oficiales donde la Casa Real recibía a sus invitados como presidentes de otras naciones, mandatarios y personalidades en camionetas Land Rover.
En 2003 el Príncipe ayudó a diseñar su “carroza”, pues a los 82 años que tenía en ese momento quería que fuera algo especial. El modelo que escogió fue una Defender modelo TD5 130.
Durante varios años fue modificando varios detalles hasta dejarla lista en el año 2019 cuando tenía 98 años, casi como un augurio de lo que venía.
La Defender era una camioneta de cabina sencilla, pintada en un color llamado verde bronce, que era especial pues fue igualado de los vehículos usados por Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial en la que el Príncipe participó con la Marina Real.
La parte de atrás era abierta, hecha a medida de un ataúd que previamente había sido fabricado con las medidas personales del Príncipe. De los últimos detalles hechos a la “carroza” fueron los clips para sujetar dicho ataúd.
Al ser un vehículo oficial de la Casa Real, la Defender NO tiene registro oficial.
Les quiero platicar de un detalle muy especial que me llamó la atención: dentro de las numerosas fotografías que se pudieron ver a lo largo de los funerales, como era de esperarse miles y miles de flores fueron llevadas afuera del Palacio de Buckingham, pero en medio de todas esas flores, “alguien” dejó un juguete de una camioneta Land Rover, color verde con blanco y con el nombre del Príncipe, reconociendo el gusto y la pasión que ya les había mencionado antes.
El Príncipe Felipe tuvo la gran oportunidad de vivir su gusto por la marca desde la fábrica, de poder estar desde adentro ayudando, opinando con los diseños, viendo los resultados. Algo que poca gente lo puede hacer.
Espero que les haya gustado y los veo en la siguiente.