Con 45 mil unidades distribuidas mensualmente, las despensas se entregan a casi 145 mil personas en condiciones de inseguridad económica en comunidades de Puebla y Tlaxcala.
Los bancos de alimentos se han convertido en uno de los mecanismos para enfrentar el hambre y la desnutrición en México, donde más de 52 millones de personas viven en condiciones de pobreza y, de manera paradójica, se desperdician más de 20 millones de toneladas de alimentos cada año.
En Puebla, el Banco de Alimentos Cáritas (BAMX) distribuye despensas con productos que no fueron exportados, frutas y verduras sin las condiciones de calidad para su venta y con los alimentos dejados por un cliente de tiendas de autoservicio.
Con un cúmulo de 45 mil unidades distribuidas mensualmente, las despensas se entregan a casi 145 mil personas en condiciones de inseguridad económica en comunidades de Puebla y Tlaxcala. Esas comunidades, en acuerdo con BAMX y Monte de Piedad, deben atender una capacitación laboral con la finalidad de generar economía local y crearse empleos dignos que les permitan salir de la dependencia alimentaria mediante el emprendedurismo.
Los resultados de esa capacitación se reflejan en la elaboración de productos como una salsa catsup hecha con jitomates que no fueron exportados o guantes de cocina confeccionados con el desperdicio de una fábrica de calcetines.
Es un proceso de cambio y de creación de un círculo virtuoso: transitar de la asistencia al desarrollo sostenible de las comunidades, dijo Marisol Fernández Alonso, directora de inversión social del Nacional Monte de Piedad, institución de asistencia privada que tiene entre sus programas apoyos en capacitación en comunidades vulnerables a través de bancos de alimentos.
México es potencia en red de bancos de alimentos
México tiene la segunda red de bancos de alimentos más importantes del mundo, después de Estados Unidos, con 60 sedes en 27 entidades federativas, dijo José Miguel Rojas Vértiz, director de BAMX en la ciudad de Puebla, la cual rescata y distribuye alimentos a la población en condiciones de inseguridad económica, tanto en la capital como en localidades cercanas a ésta.
México pierde o desperdicia 34 por ciento de los alimentos que produce y, con base en un análisis de 79 alimentos, se calcula un desperdicio de 20.4 millones de toneladas cada año, según el estudio del Banco Mundial «Pérdidas y Desperdicios Alimentarios en México».
En la cadena agroalimentaria, 27 por ciento de los alimentos se desperdicia en la producción y el 28 por ciento en la etapa final de la comercialización a los consumidores, por lo que los bancos de alimentos, como BAMX, recuperan los productos en las etapas de la comercialización y el consumo de los alimentos.
Rojas Vértiz indicó que el rescate de alimentos en la etapa de la producción se ha complicado para el BAMX porque el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador canceló un programa de empleo temporal, el cual permitía a la población rural recolectar los alimentos que no son óptimos para su comercialización.
Caso en Puebla
El BAMX está localizado en un parque industrial de Coronango, al norte de la ciudad de Puebla. Ahí llegan cargamentos de lechuga, chilacayote y jitomate que no están en condiciones de ser exportados o porque el alimento ha bajado de precio y no es rentable cosecharlo. El jitomate, por ejemplo, no tiene el color rojo vivo listo para comerse y, tan solo por ello, fue enviado al BAMX.
En la bodega del banco, incluso, hubo la semana pasada 78 tarimas de 960 kilogramos con paquetes de jugos en tetrapack que debieron ser exportados a Medio Oriente. Los envases, con tipografía árabe, no pueden ser comercializados en México y, por esta razón, puede ser distribuidos a la población en condiciones de inseguridad económica, explicó Rojas Vértiz durante un recorrido por el BAMX.
Las despensas que se entregan a la población en inseguridad económica contienen granos hasta en un 60 por ciento. Los productos son frijol y arroz, hortalizas, refrescos, galletas, pan de sal y de dulce, aceite, es decir, aquellos alimentos que estuvieron en peligro de desperdiciarse.
El BAMX emplea a voluntarios que colectan las despensas en jornadas de ocho horas, una vez a la semana. Estos voluntarios solicitan su ingreso y, como contraprestación, el BAMX les otorga una despensa.
La bodega no es solo de alimentos. A partir de este año, la trasnacional WalMart aprobó que electrodomésticos como pantallas, lavadoras y hasta reproductores de DVD sean enviados como donaciones. El BAMX decidió que estos productos sean enviados, por ejemplo, a asilos en calidad de comodato, con la finalidad de vitar un mal uso de los productos, explicó Rojas Vértiz.
Rojas Vértiz dijo que hay estudiantes de electrónica y electricidad laborando como voluntarios en el BAMX y realizan pruebas a los electrodomésticos para reconocer algún tipo de falla. En algunos casos, ellos mismos los reparan.
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