Durante marzo –primer mes de aislamiento—la violencia intrafamiliar tuvo un aumento del 28 por ciento., acusaron feministas.
En Puebla un promedio de 30 mujeres al día, o una cada hora, fue víctima de violencia en su hogar durante el primer mes de confinamiento por la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19.
Y es que la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que, mientras en enero y febrero hubo 738 y 795, denuncias de violencia intrafamiliar, en marzo la cifra se disparó, pues se abrieron 981 carpetas de investigación.
Ante esto, integrantes de organizaciones sociales que buscan la erradicación de la violencia contra las mujeres en Puebla señalaron que el confinamiento durante la contingencia sanitaria del Covid-19 pone en mayor vulnerabilidad a mujeres al convivir por más tiempo con sus agresores, incluso refirieron que durante marzo –primer mes de aislamiento—la violencia intrafamiliar tuvo un aumento del 28 por ciento.
En su intervención Norma Pimentel de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados A.C. Capítulo Puebla, señaló que el gobierno estatal no previó la adecuación y funcionamiento de espacios para resguardar a mujeres violentadas.
Además que, no existen acciones para disminuir la violencia intrafamiliar hacia niñas y mujeres que ha sido corroborada con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp).
En su intervención, Edurne Ochoa, de 33 Mujeres, indicó que por esto, se emitió una manifiesto que funciona como un exhorto a las autoridades para que diseñen programas dirigidos a la prevención y atención de casos de violencia contra las mujeres en sus diferentes contextos.
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Les comparto el MANIFIESTO??
Exhortamos a las autoridades competentes a generar los mecanismos necesarios para la triple pandemia que vivimos niñas, adolescentes & mujeres.
Las propuestas son muy claras y de urgente resolución. #CuarentenaSinViolencia? pic.twitter.com/eliv3j8jHW
— Edurne Ochoa ? (@edurneochoa) May 11, 2020
En tanto, María Elena Bravo, del Centro de Asesoría para el Desarrollo Indígena, se dijo preocupada por la desigualdad estructural y limitaciones para que mujeres indígenas carecen de servicios de salud ante la contingencia de Covid-19, además que a las casas para atender a mujeres de comunidades rurales violentadas les fueron suspendidos sus recursos bajo el pretexto de la pandemia, por lo que dejaron de brindarse asesorías.
La activista Cris Guzmán señaló que se tiene la percepción de que las mujeres tienen menos acceso a anticonceptivos o a la pastilla de anticoncepción de emergencia, lo cual dijo es preocupante porque puede ocurrir un incremento de embarazos no deseados.
En tanto, Natali Hernández Arias, presidenta de la asociación civil Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS), refirió que a nivel nacional la violencia familiar es el segundo delito más denunciado al aumentar un 30 por ciento, después del homicidio, y que en el estado de Puebla la situación es similar.
Las peticiones
Este es el manifiesto de las asociaciones demandan intensificar las campañas preventivas dirigidas a la población masculina para prevenir, sancionar la violencia de género, en todos los medios de comunicación y de afluencia física, dar a conocer los números de emergencia y acompañamiento a las mujeres, que incluya lenguaje de señas, braille y lenguas indígenas.
Garantizar el pago de cuotas alimentarias inmediatas durante la cuarentena, así como patrullaje policial preventivo para las mujeres que tienen órdenes de restricción y protección.
Fortalecer las campañas de promoción de los derechos sexuales y reproductivos, la consejería de salud sexual y reproductiva y el acceso a los métodos anticonceptivos como la pastilla de emergencia.
Contar con personal suficiente y capacitado en diferentes lenguas para poder levantar denuncias en el 911 y asegurar que todas las mujeres tengan acceso a este mecanismo.
Promover un programa integral para la atención de la violencia machista y refugios, priorizando que sean los agresores quienes sean separados del hogar, trabajen sus violencias y las mujeres se fortalezcan emocionalmente y reactiven sus redes de apoyo.