Solicitaron que los “tomen en cuenta” para la aplicación de la vacuna contra el covid-19 porque están en contacto con enfermos.
Los contagios por el virus SARS-CoV-2 tampoco han dado tregua a la iglesia católica, en solo 14 estados, al menos 683 sacerdotes han sido víctimas de la pandemia. Una de las entidades más afectadas es Veracruz, con 200 religiosos contagiados, tanto evangélicos como católicos, según la Dirección de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno local.
De cerca le siguen Chiapas, con 128 y Nuevo León, donde la Arquidiócesis de Monterrey informó que desde el inicio de la crisis sanitaria ha registrado 80 sacerdotes positivos al virus; Aguascalientes, 68, Michoacán, 54; San Luis Potosí 35, Oaxaca, 18; Coahuila 24, Durango 20, Tabasco, 22, Tamaulipas, 19; Nayarit, 11; Hidalgo y Baja California, dos.
Ante este panorama, en la Arquidiócesis de Tulancingo, Monseñor Domingo Díaz Martínez solicitó a la Secretaría de Salud de Hidalgo que los “tomen en cuenta” para la aplicación de la vacuna contra el covid-19 porque están en contacto con enfermos.
Indicó que los sacerdotes han dado positivo debido a las labores que realizan de forma cotidiana, a pesar de llevar a cabo las medidas sanitarias.
“No nos han informado cómo será la vacunación con nosotros, pero hice la solicitud a la Secretaria de Salud de que nos tomaran en cuenta, porque nosotros, como los médicos, estamos en contacto con los enfermos de covid, porque los estamos atendiendo”, explicó.
Indicó que los sacerdotes salen a clínicas, aunque las celebraciones religiosas las continúan realizando en línea.
“Seguimos las celebraciones en privado y transmitimos en línea y, en el resto de los municipios, se celebra con aforo del 30 por ciento, porque hay muchos municipios que no están tan afectados y entonces los párrocos están enterados y celebran así, con cupo limitado”, expuso.
El líder religioso se contagió en octubre del año pasado y ante la reflexión de lo que causa la enfermedad, hizo un llamado a las personas que eviten salir a la calle de no ser necesario, además de que respeten las medidas sanitarias que dictan las autoridades para que paren los contagios.
En Coahuila, el pasado 29 de noviembre, el entonces Obispo de Saltillo José Raúl Vera López, confirmó un brote de contagios en la comunidad de religiosas Hermanas Catequistas Guadalupanas de Saltillo, que más tarde la Secretaría de Salud Estatal ratificó informando que eran 11 las hermanas guadalupanas que habían contraído la enfermedad y se encontraban recluidas en las instalaciones de su misma comunidad.
El propio Raúl Vera también fue uno de los primeros contagiados de covid–19, al que venció días después, luego de recluirse en su casa de la calle de Hidalgo, en el primer cuadro de Saltillo.
En Yucatán, no se tiene un número exacto de sacerdotes enfermos por covid-19, aunque dos se encuentran graves; Jorge Martínez Ruz, sacerdote director de Comunicación de la Arquidiócesis, refirió que del total de 280 clérigos en esa demarcación “es difícil determinar cuántos se han contagiado” ya que no todos reportan su estado de salud.
En esa entidad, incluso, se dio el caso de un párroco, Miguel Medina Oramas, quien siguió celebrando misa, en solitario y en sus redes sociales, mientras utilizaba un tanque de oxígeno. Su atención médica fue costeada por particulares y no dejó su servicio activo.