En la calle de Humboldt esquina con Reforma, encontramos la primera tortería de la Ciudad de México, fundada por Armando Martínez.
En la calle de Humboldt esquina con Reforma, encontramos la primera tortería de la Ciudad de México, fundada por Armando Martínez Centurión en 1892.
Hoy, más de 127 años después, su nieta se encarga de este lugar, que ya es una tradición.
Cuando Armando Martínez Centurión en 1892, estaba entregado a su tarea con gracia y experta destreza, nadie osaba proferir ni una sola palabra, o, si acaso se hablaba, era en voz baja, sin quitar los ojos ávidos de los acelerados y magistrales movimientos del cuchillo.
Apenas se concluía la elaboración complicada de una torta, cuando ya andaba preparando otra con ligereza, y después otra y otra más, y todas ellas con esmero y prontitud indecibles.
En la puerta se aglomeraba, saboreándose, el gentío, y sólo se escuchaba en aquel amplio silencio, como esotérico, la voz que decía: “Armando, una de lomo”, “Armando una de jamón”, “Armando, tres de pollo para llevar”; “Armando, dos tostadas”; y así el pedir y el complacer era interminable.
Las tortas suelen estar aderezadas con mayonesa, crema, tomate, aguacate, frijoles, mostaza y cualquier tipo de chile o combinación de ellos como el chile jalapeño, chipotle, y salsas o guacamole, etc.
Entre las comerciales se conocen dos tipos las «simples» con un solo tipo de relleno y las «combinadas».
El origen de las tortas se remonta a 1892, cuando Don Armando Martínez Centurión abrió la primera tortería de la historia, razón por la que se le adjudicó el mote del inventor de la torta, y no lo decimos nosotros, lo dicen periódicos, libros de texto y hasta en National Geographic, quienes la catalogaron como uno de los mejores inventos del siglo XX.
@cronicabanqueta