Son muy inteligentes, ellos tocan la campana, se toman la copa, besan la novia, bailan y entregan los papelitos.
¿Alguna vez has probado suerte con los pajaritos que sacan papeles que te leen el futuro?
El oficio del pajarero es una ancestral y mexicana tradición que se niega a desaparecer gracias al cariño y al tesón de quienes lo practican.
En México son contadas las personas que se dedican a esta colorida labor, en el que el personaje principal es un pajarillo entrenado para salir de su jaula y con su propio pico seleccionar un papelito en el que viene escrito un pensamiento y que supone será la suerte de quien lo pide.
El pregón de quien ejerce este oficio es muy peculiar. Su grito y singular labia atraen a parejas de novios, esposos, personas de edad avanzada, adolescentes y hasta niños.
Las coloridas jaulas adornadas y en cuyo interior se encuentran entre uno y dos pajaritos, listos para la convocatoria del pajarero para salir a trabajar.
Y son “el chimino” o “el gurrumino”, los pajarillos encargados de seleccionar el papelito de la suerte de entre los cientos que están ahí. Son muy inteligentes, ellos tocan la campana, se toman la copa, besan la novia, bailan y entregan los papelitos.
El acto consiste en que el pajarero llame a una de las dos aves para que tome la copa, toque la campana o le dé un beso al muñequito. Y como premio se les da alpiste en su piquito.
Es una tradición familiar y que va de generación en generación, y mientras se mantenga esta tradición no se correrá el riesgo de desaparecer, así que si ves a uno de estos pregoneros, no dudes en saber que dicen esos papelitos.