Se escuchó la voz de las comunidades que han sido afectadas por el plagio de sus diseños ancestrales, así como de especialistas y legisladores.
Con un llamado a detener el plagio de que son objeto pueblos y comunidades indígenas y a reconocerlas plenamente como sujetos de derecho, concluyó el Foro-Encuentro Internacional La Protección del Patrimonio Cultural como Derecho Colectivo, que se llevó a cabo este sábado 18 y domingo 19 de mayo.
Organizado por la Secretaría de Cultura, el Senado de la República y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), este foro escuchó la voz de las comunidades que han sido afectadas por el plagio de sus diseños ancestrales, así como de especialistas y legisladores, con el fin de construir un marco jurídico que les reconozca el derecho sobre sus creaciones, prácticas y conocimientos.
Durante el acto de clausura, la subsecretaria de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura, Natalia Toledo, advirtió que es necesario dar una mayor difusión de los derechos que tienen las comunidades para que sepan qué hacer en caso de plagio y a qué tienen derecho.
No se trata de que las empresas paguen por el aprovechamiento de sus elementos culturales, pues en este foro, acotó, nadie habló de cobros, toda vez que es un tema de justicia y dignidad y de proteger el arte de los pueblos originarios.
Como un tema toral para la Secretaría de Cultura, la protección de los derechos comunitarios de propiedad intelectual se encuentra en el programa de trabajo, junto con la actualización y fortalecimiento de los derechos de autor, para ofrecer protección a creadores de contenidos y bienes simbólicos.
Durante su participación, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, celebró la realización de este encuentro que busca detener el plagio y la apropiación comercial de la riqueza de nuestros pueblos y comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes.
A fin de frenar la discriminación, el sometimiento y el arrebato de esta riqueza, dijo, se requiere un marco jurídico que permita a los pueblos defender sus derechos en contra de la piratería y la apropiación de sus obras que devienen de saberes ancestrales.
En su oportunidad, Susana Harp, presidenta de la Comisión de Cultura del Senado de la República, reconoció que una nueva ley en la materia debe estar abierta a la participación de las propias comunidades, para que las proteja y acompañe contra los abusos de la lógica occidental que es muy diferente al entendimiento de los mundos indígenas.
Un primer paso, dijo la senadora, es la derogación del artículo 159 de la Ley Federal del Derecho de Autor, que permite la libre utilización de obras literarias, artísticas, de arte popular o artesanal, la cual ya fue aprobada en el Senado y ahora está pendiente en la Cámara de Diputados.
Destacó que en México se reconocen los derechos colectivos, pero no existe una ley que los garantice. “Tenemos que hacer algo, no podemos seguir en la omisión”, toda vez que pueblos y comunidades solo exigen el respeto a sus elementos culturales donde plasman su historia y cosmovisión, siendo muchas veces de uso ritual y ceremonial.
Por su parte, Eréndira Cruzvillegas, Cuarta Visitadora General de la CNDH, consideró que este foro dejó una cobija que debe continuar tejiéndose con las propias comunidades para agilizar los mecanismos que eviten que la ignominia contra los creadores indígenas se mantenga.
Es necesario, dijo, visibilizar a los invisibles y reivindicar la dignidad de los creadores y su patrimonio cultural para lo cual se debe trabajar localmente a fin de incidir globalmente.
Este 19 de mayo, el Foro-Encuentro Internacional La Protección del Patrimonio Cultural como Derecho Colectivo se realizó en el Museo Nacional de Antropología donde se llevó a cabo la cuarta mesa de trabajo, denominada Mecanismos y sistemas internacionales de protección, salvaguarda, promoción y desarrollo del patrimonio cultural inmaterial de pueblos y comunidades indígenas.
Ahí, Martha Turok, especialista en textiles, se pronunció por la creación de un decálogo, aparte de una ley en la materia, que sería de adhesión voluntaria para pasar del comercio justo a la generación de riqueza gracias al valor del conocimiento.
Alfredo Rendón, director general Adjunto del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, indicó que la riqueza cultural de nuestro país genera productos distintivos, como artesanías, diseños, bebidas y alimentos.
Para su protección comercial e impedir el mal uso de estas tradiciones, ya existen ciertas herramientas como la denominación de origen o las indicaciones geográficas, así como marcas de colectivas y de certificación que incluso protegen marcas olfativas, auditivas y sonoras.
Finalmente, Hugo Contreras, director del Instituto Nacional de Derecho de Autor, destacó que la cultura tiene vida propia y que el único límite es la creatividad.
Señaló que se tiene una oportunidad histórica para legislar en la materia, conjugando el derecho civil, el mercantil y el derecho de autor entre muchos otros, para garantizar el respeto de los derechos colectivos en beneficio de las propias comunidades.