Cerrar un ciclo implica aprender y para lograrlo debemos hacer un análisis constructivo del año que termina.

Cada fin de año, se nos presenta la oportunidad de reflexionar sobre lo aprendido y hacer un cierre del mismo para poder enfocarnos en el nuevo ciclo que inicia, pero aunque suene bien, suele provocar malestar e incluso angustia por la idea de no poder cumplir las expectativas y es frecuente que se renuncie a hacerlo. Sin embargo, existen pautas que pueden ayudarnos a lograr un buen cierre de ciclo y poder plantear los “propósitos” de una manera más eficaz.

Cerrar un ciclo implica aprender y para lograrlo debemos hacer un análisis constructivo del año que termina, me refiero que hagamos un recuento de las enseñanzas que nos dejó y lo que logramos, en vez de centrarnos en los propósitos que no se cumplieron. De esta manera podremos identificar aquellos puntos que debemos reforzar o los avances que logramos a través del año transcurrido.

Cuando hemos hecho el análisis correspondiente, podemos entonces plantearnos nuevas metas para el año que está por iniciar. Vale la pena referirnos a ellas como “metas” en lugar de “propósitos” pues a nivel inconsciente, los propósitos se plantearán cada día a futuro, por lo que no los cumpliremos, pues tal como sucede con esos letreros que dicen: “Hoy no fío, pero mañana sí.” se trata de una condición que no llega a cumplirse nunca, como en los propósitos que nos planteamos cada año. Debemos considerar también lo siguiente al momento de plantearnos las metas para el ciclo que inicia:

  1. Las metas deben partir de nuestra realidad y estar en nuestras manos, pues de otra manera resultará imposible cumplirlas. Por ejemplo, no puedo plantearme como meta leer un libro al mes, si no tengo el hábito de la lectura ni los 12 libros. Podría ser mejor, comenzar por comprar un libro que me llame la atención y poner como meta, terminarlo.
  2. Se deben dividir a corto, mediano y largo plazo. Las metas a largo y mediano plazo requieren de condiciones que se dan con el tiempo para poder cumplirse, pero las metas a corto plazo deben ser acciones que podemos empezar a cumplir hoy mismo, pues deben depender de nosotros. Por ejemplo, puedo plantearme mejorar mi relación familiar a largo plazo, visitarlos más, a mediano plazo y comenzar hoy mismo por llamarlos o mensajearles.
  3. No hay metas pequeñas, pues cada una es un paso para construir una mayor y pueden ser más sencillas de cumplir. Por ejemplo, si decido acostarme 15 minutos antes, poco a poco puedo recorrer mi horario y procurar un mejor descanso.
  4. Deben ser específicas o nos podemos perder en el camino. Por ejemplo, cuando me planteo ser “mejor en lo que hago” no estoy diciéndome realmente nada, pues puedo tener algo en mente cuando la pienso y olvidarlo con el paso del tiempo. Lo ideal, sería plantearme por ejemplo, ser más organizada en mis proyectos.
  5. Deben ser flexibles, pues plantearlas de manera muy rígida puede estresarnos e impedirnos apreciar los logros que hayamos podido conseguir. Por ejemplo, cuando me propongo bajar x cantidad de kilos, puedo frustrarme al no conseguirlo, aún cuando haya logrado bajar de peso. La manera correcta sería mejorar los hábitos de alimentación y hacer ejercicio para bajar de peso, dejando abierta la cantidad de kilos.

Sea lo que sea que nos planteemos como meta, recordemos que lo importante es que podamos disfrutar en el proceso de alcanzarla y que el mismo, también conlleva crecimiento. Aprendamos a no centrarnos tan solo en el resultado o nos frustraremos con facilidad y dejaremos de ver los logros intermedios.

Salgamos de las metas típicas y busquemos aquellas que puedan brindarnos bienestar real en todos los sentidos. Seamos conscientes de nuestras necesidades internas y no nos centremos tan solo en cómo lucimos o qué dirán los demás cuando logremos lo planteado.

Les propongo responder las siguientes preguntas como parte de su análisis sobre el año que termina:

  • ¿Cuál fue el mayor desafío (persona o situación) a la que me enfrenté en este año y qué aprendí?
  • A partir de dicho desafío ¿quién soy al día de hoy?
  • ¿Cómo creo que puedo mejorar y cómo puedo conseguirlo?

Espero que lo anterior les haya sido de utilidad y desde este espacio me permito desearles muchas lecciones aprendidas y logros alcanzados para el año que está por iniciar. Les agradezco el interés prestado a las palabras que les he hecho llegar hasta ahora y espero seguir contando su atención.

¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván.

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