Para Astra Lem, subirse al escenario es una oportunidad de proyectar su ser en un personaje ideado por ella misma.
Este sábado es el Día Internacional Drag, cuando los tacones altos sobre el piso producen un eco inusual en el Bosque de Chaptepec. Drag queens se apresuran hacia los vestuarios para dar los últimos retoques al maquillaje y vestuario que lucirán como parte de un espectáculo, en el cual participa la diseñadora Astra Lem
Está lista para mostrar a los espectadores de la Casa del Lago sus habilidades creativas, con un maquillaje y leotardo en tonos rosados y azules, los cuales parecen salidos de una película de ciencia ficción.
La artista escénica explica que su vestuario se basa en el gusto por los cómics y el diseño hace alusión a los mutantes. Sin embargo, recalca que este también se relaciona con el proceso de transición que fue simultáneo con sus deseos de interpretar a una drag queen.
“Inicié mi transición y mi drag al mismo tiempo. Entonces, son como procesos paralelos que se unen hasta cierto punto […] El saber que había personajes que no existían, pero tenían superpoderes y de ahí viene mucho mi inspiración, crear un personaje ‘ficticio’”, explicó.
Mientras la ‘Diva del drag mutante’ relataba la fuente de inspiración de su vestuario y el proceso de ideación, dos de las grandes ayudantes, su mamá Ana Betanzos y su hermana Elián, colocaban algunas decoraciones para dar forma a aquella superheroína salida de otro mundo.
Tener una familia que la apoya en la producción de sus diseños y la acompaña en cada evento, es algo que llena de dicha a Astra Lem. No obstante, reveló que en un principio fue difícil explicarles la motivación de querer salir al mundo con una nueva apariencia, siendo una drag queen.
“Afortunadamente […] mi mamá, mi hermana, me apoyan en todo momento […] Generalmente, como que tengo una idea y digo, ‘a ver, cómo la podemos hacer en equipo’ y me ayudan. No solamente ellas, está toda mi familia, mi papá, mi tía. […] Al principio como que no entendían, pero fue como de, ‘pues aquí estoy y no me voy a ir’. Entonces, fue una cuestión de asimilación paulatina”, confesó.
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