Pese a este antecedente, Violeta encaminó a Manuel hacia la mesa de los morenovallistas.
Sucedió hace exactamente seis años. Sí, un 27 de agosto. Había terminado la conferencia de prensa.
Los reporteros empezaron a retirarse y sólo algunos tuvieron que quedarse en el restaurante La Huerta del Hotel Camino Real La Vista, a un costado de la Vista Country Club, donde Manuel Espino Barrientos había tomado protesta a la dirigencia local del organismo “Volver a Empezar”, el primer paso en su intento fallido por conformar un partido, después de dejar las filas del PAN.
En la representación estatal quedó, entre otros, Violeta Lagunes Viveros, la exdiputada federal panista, quien se hizo famosa porque el 28 de noviembre de 2006 usó latas de refresco para defender la tribuna de San Lázaro en la intentona perredista por apoderarse del escenario.
Cuando se dispersaron los periodistas, Lagunes Viveros observó a la distancia, en una mesa cercana, caras conocidas: los diputados locales panistas electo y en funciones, Jorge Aguilar Chedraui y Jesús Zaldivar Benavides. Espino había cuestionado el trabajo del gobernador en turno, Rafael Moreno Valle. Lo calificó de ególatra. Criticó el mínimo avance en el combate a la pobreza y la construcción de la “Estrella de Puebla”. Le dijo corrupto.
Pese a este antecedente, Violeta encaminó a Manuel hacia la mesa de los morenovallistas.
La presentación empezó con el legislador. El oriundo de Durango extendió la mano, pero el integrante de la LVIII Legislatura no correspondió de la misma forma, ante la mirada de sorpresa del exsecretario de Salud y la exdiputada. La grosería generó un altercado verbal.
– Violeta es mi amiga y a ella la respeto pero qué lástima que lo tenga que conocer en estas circunstancias –dijo Zaldívar.
– Yo respeto a todos, también a los que solapan a los corruptos, también los respeto –contestó Espino.
– Hay que tener la cola muy cortita para hablar de eso -continuó el diputado.
– No tengo cola como la de tu jefe -refutó el exdirigente.
– Bueno, pues eso lo dirá usted –siguió el legislador.
– No sólo lo digo, lo he demostrado. Públicamente he demostrado que Antonio Gali es un corrupto
-finalizó el expanista. Años después, Zaldivar y este reportero coincidieron en un restaurante de La Paz. Un amigo común nos sentó a la mesa cerca del Conalep, donde ocupaba el cargo de director general. Una cosa llevó a la otra, hasta que el funcionario estatal dijo lo que quería decir, destacar el saldo de su enfrentamiento con Espino Barrientos.
Según el también exsecretario general del ayuntamiento de San Andrés Cholula, después del desaguisado, Moreno Valle lo mandó a llamar. Lo citó en Casa Puebla, donde lo felicitó por lo que había hecho.
Emocionado, el virtual ganador de la contienda interna blanquiazul para líder municipal de Puebla, me dijo que el mandatario le agradeció la defensa espontánea, la cual nadie la había hecho y menos ante un político de la talla del duranguense, según Jesús, quien explicaba así por qué tenía puesto con cargo al erario.
Jesús Zaldívar Benavides estaba convencido entonces que su líder se apellidaba Moreno Valle y estaba dispuesto a demostrarlo en cualquier momento… o al menos eso decía. Nunca quedó desamparado, nunca. Es más volvió a ser candidato a dipitado en 2018.
Este domingo, frente Pablo Rodríguez y Jorge Aguilar Chedraui, otros supuestos integrantes de esa misma corriente interna blanquiazul, la cual quedó descabezada cuando se desplomó un helicóptero el 24 de diciembre de 2018, obtuvo más votos que su adversario Eduardo Alcántara Montiel, quien denunció fraude y que promoverá el recurso el próximo jueves.
Los morenovallistas, liderados por Rafael Moreno Valle, sabían que hacer para decantar a su favor las preferencias internas de los partidos. Y si no lo sabían, siempre había alguien qué hacer para obtener el resultado requerido.
Así se apoderaron del PAN y también del PRD. Con el deceso del exmandatario, se ve difícil que se reagrupen; pero, Zaldivar ya está casi dentro.
En tanto, en el Congreso local, un diputado independiente empieza a moverse con miras a la Presidencia Municipal de Puebla: Marcelo García Almaguer, quién puede dudar que es morenivallista. ¿Coincidencias? Dicen que en política no existen. ¿Regresarán?
A la distancia diría que no, ni siquiera lo que se han llevado.
Y recuerde: Nadie es completamente bueno, ni completamente malo