Como hoy, cuando prácticamente todos y todas se dedicaron a echarle flores a la secretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la glosa es una explicación o paráfrasis de una expresión o de un texto de cierta complejidad.

Cómo usted recuerda, el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta entregó el año pasado su informe, el tercero.

En ese reporte de actividades se habla de todos los rubros, de todas las dependencias, de acciones, programas y obras

Por lo tanto, la Constitución Política prevé que haya una glosa ante el Congreso; es decir que los funcionarios del gabinete estatal expliquen a los diputados lo que el mandatario hizo de manera general.

¿Y por qué ante los legisladores?

Porque son nuestros representantes y ellos, en teoría, nos deberían decir qué hizo el gobierno estatal, cuestionar sus proyectos, demandar mejores servicio y obras. Insisto. Eso en teoría.

En la práctica, los diputados y las diputadas dicen lo que les conviene a ellos o a su partido.

Como este miércoles, cuando prácticamente todos y todas se dedicaron a echarle flores a la secretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral.

O dígame:

De qué nos sirve que el diputado del PVEM, Jaime Natale destaque «el trabajo de la funcionaria para mantener la gobernabilidad».

De qué nos sirve que el diputado del PSI, Carlos Navarro, salga a defender a Hill Mayoral y diga que hay una «campaña de desinformación sobre el Derecho al Alumbrado Público (DAP)».



De qué nos sirve que la diputada del PT, Mónica Silva, resalte el «gran compromiso» de la secretaria en el tema de personas desaparecidas

De que nos sirva que el diputado del PRI, Nestor Camarillo, subraye el «trabajo, capacidad y sensibilidad» de la secretaría de Gobernación

De que nos sirve que la diputada de Morena Olga Lucía Romero, «celebre» las acciones y programas implementados por la dependencia



Caray, tantito pudor, que  a través de Facebookla LXI Legislatura estaba transmitiendo en vivo y a todo color.

Para ahorrar tiempo y evitar corajes, cuando terminó la exposición de Ana Lucía Hill, mejor hubieran aplaudido, chiflado y gritado: bravo, bravo…; uno que otro y una que otra hubieran aventado flores y ya. San Seacabó. ¿No les parece?

Están de acuerdo, muy bien. Felicidades; pero la glosa no está prevista para vítores velados que son más evidentes que una porra en estadio de futbol.

La glosa está diseñada para aclarar dudas; pero, que sin exagerar, como el diputado del MC, Fernando Morales, quien dió pena ajena, cuando preguntó sobre las cosas que originaron el socavón de Zacatepec, sin recordar que hasta hubo informes pormenorizados sobre este tema.



Si está esperando que le diga algo sobre el PAN. Le informo que simplemente hizo lo que se pensaba que iba a hacer, y exhibió sus intereses. Oswaldo Jiménez cuestionó a la funcionaria sobre la relación entre el gobernador y los empresarios, también sobre el caso de la UDLAP, sin presionar a la funcionaria.

Ante los débiles señalamientos blanquiazules, la morenista Romero, quien cerró la ronda de preguntas, salió en defensa de Hill Mayoral, a sabiendas de que ya no le podían contestar sus comentarios.



En serio, no queremos glosas así. No sirven más que para cumplir con el trámite. Los partidos en el poder, antes pedían un formato distinto, cuando eran oposición; pero, perdieron la memoria. No quieren critica, ni preguntas, siquiera.

En su afán por lanzar loas a la administración en turno, cometen cada burrada, como preguntar el impacto que tiene en el gobierno estatal que una mujer esté en la Secretaría de Gobernación.

¿En la glosa una opinión personal? No es ponencia sobre su vida. ni entrevista de semblanza.

Señores diputados, señoras diputadas: no atenten contra nuestra inteligencia y tengan vergüenza, por favor.

Ojalá y en el resto de la glosa, porque este miércoles empezó, los legisladores mejoren y, en verdad, pregunten, porque no están para ser porristas

Y recuerde:

Nadie es completamente bueno, ni completamente malo

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