México entró a la fase 2 de la contingencia por Coronavirus, pero la crisis económica apenas comienza, especialmente, para el sector terciario de la economía.
México entró este 24 de marzo a la fase 2 de la contingencia por la propagación del coronavirus en el país y con ello, se activaron formalmente todas las medidas de restricción que el gobierno federal ha “recomendado” para que la población se contagie lo menos posible con la enfermedad.
Las acciones comenzaron desde una semana antes, al menos y para estas alturas, ya todos las conocemos bien: no salir más que para lo necesario, cerrar espacios y negocios de concentración, lavarse las manos constantemente, usar gel antibacterial, limpiar todo y tener en la cabeza a “Susana Distancia”.
Sin embargo, los efectos económicos comenzarán a sentirse hasta las próximas semanas y no tanto para los trabajadores de grandes empresas manufactureras, sino para dos sectores de la economía en especial: el agropecuario (primario) y el de comercios y servicios (terciario).
Estos últimos es donde las autoridades y la sociedad deben poner más atención; porque empresas como restaurantes, hoteles y comercios no relacionados con necesidades básicas, como los supermercados o farmacias, están en alto riesgo.
Lo hemos visto en los últimos días. Hoteles y restaurantes han optado por cerrar temporalmente y conforme avancen las semanas, es muy posible que la situación se agudice, poniendo en peligro a los trabajadores.
Esto prende las alarmas para un millón 535 mil 867 personas en todo el estado; de las cuales, 713 mil 982 están en la capital poblana.
En el sector agropecuario, la situación podría golpear a 691 mil 249 poblanos; de los cuales, 14 mil 171 están en la periferia de la capital poblana y que dependen de los ingresos generados por la agricultura y la ganadería para poder subsistir.
Esto, no es todo. Hay al menos otros dos aspectos de riesgo que se acentúan en estos tiempos de Coronavirus y donde las empresas pueden, simplemente, lavarse las manos: una es la informalidad laboral y otra es la ocupación en el sector informal.
Aunque ambas se parecen, la primera destaca el hecho de personas que aun cuando están dentro de alguna empresa, no tienen forma de respaldarse legalmente porque no tienen contratos, prestaciones, ni pruebas de su vínculo laboral salvo un acuerdo de palabra y de buena fe. Así está 52 por ciento de la gente que trabaja en Puebla capital, por ejemplo.
La ocupación del sector informal por su parte, refiere a todos aquellos poblanos que recurren al comercio o la prestación de servicios por su propia cuenta, como las señoras de las memelas o los tamales, los vendedores ambulantes y quienes ejercen un oficio, como mecánico, electricista o plomero, sin contar con un establecimiento. Allí se encuentra, según datos oficiales, 28.5 por ciento de la gente de la Angelópolis, así que hablamos de 81 por ciento de los trabajadores en la capital.
Hasta ahora, el gobierno federal y estatal ha tratado, desesperadamente, de mantener viva la economía lo más posible; pero el apagón es prácticamente inminente y ¿entonces qué sucederá?
¿Tenemos en México y en Puebla, lo necesario para una reactivación pronta y ordenada, para mantener la gobernabilidad ante una población que puede desesperarse por no tener qué comer?
En Puebla, el gobernador Luis Miguel Barbosa adelantó que su gobierno estaría en posibilidad de distribuir víveres a quien lo requiera y que se reforzará la vigilancia en supermercados para evitar saqueos.
Eso está excelente para el momento inmediato; pero ¿qué va a pasar en julio o agosto? Porque la cuesta de enero, se convertirá, inminentemente, en la cuesta de julio.
En el gobierno federal y el gobierno del estado se necesita pensar en una verdadera estrategia de reactivación económica, mientras pasamos por un “coma” necesario por el tema del coronavirus y a nivel familiar y personal, en verdad necesitaremos ser muy mesurados y ordenados para manejar nuestras finanzas, para tener, al menos, un lazo que nos permita salir del hoyo financiero donde, sin quererlo, vamos a estar.
Hasta la próxima.
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