El 20 de diciembre de 2020, los primos Fernando Gazano Tolentino y Zahid Estrada Gazano fueron detenidos por policías de Puebla en inmediaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) local, a donde acudieron por cuestiones de trabajo. Los jóvenes de 23 y 19 años de edad, respectivamente, son estudiantes de Derecho.

Sus familias han denunciado que ambos estudiantes están siendo acusados por delitos que no cometieron, sin medios de prueba en su contra y a pesar de documentos que comprueban sus estudios, su labor en un bufete jurídico y por lo cual estaban en Puebla, su residencia por años en el Estado de México y recomendaciones de relaciones personales.

Tras su detención, el pasado 29 de diciembre Fernando Gazano y Zahid Estrada fueron vinculados a proceso por delitos contra la salud, posesión de armas y ataques contra funcionarios públicos por el juez de control de la Región Judicial Zona Centro con sede en Puebla, Javier Vázquez Fernández, quien desechó todo lo presentado por la defensa de ambos.

Fernando y Zahid estaban en Puebla por trabajo

En entrevista con SDPnoticias, Cristina Tolentino Cisneros y René Gazano Córdoba, padres de Fernando, explicaron que ese 20 de diciembre su hijo y su sobrino viajaron a Puebla para encontrarse con la esposa de una persona privada de la libertad que a su vez es cliente del bufete donde ambos trabajaban; sin embargo, no llegaron a cita porque fueron detenidos durante un operativo que realizó la policía estatal.

La familia de Fernando refirió que los dos jóvenes estaban a bordo de un automóvil Jetta color verde propiedad del bufete Corporativo Magister, en el estacionamiento del Cereso cuando personas vestidos de civil se acercaron; ellos pensaron que se trataba de un asalto y decidieron alejarse del lugar.

Más adelante, una patrulla frenó su avance y los policías los obligaron a bajar del automóvil, los detuvieron y por 9 horas los mantuvieron desaparecidos. La madre de Zahid denunció lo ocurrido como una desaparición forzada porque se enteraron del operativo y ambos dejaron de responder sus celulares.

Una vez que los localizaron, Zahid y Fernando contaron que fueron torturados para entregar las claves de sus teléfonos; ambos tenían golpes en el tórax y las costillas; también les cubrieron las caras y preguntaron de manera violenta las razones por las cuales estaban en el Cereso.

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