Puebla y Tlaxcala, entre los estados con la mayor participación en el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

Al menos el 50 por ciento de los becarios del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro en Puebla y Tlaxcala pertenecen a zonas marginadas, población indígena o viven en localidades con los mayores índices de violencia.

De acuerdo con el informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre el programa federal en 2019, Puebla ocupó el noveno lugar con una participación de 33 mil 266 becarios y un monto pagado por 703 millones 612 mil pesos.

Por su parte, Tlaxcala se ubicó en la posición 10 con 27 mil 655 becarios y un monto anual de 559 millones 479 mil pesos, monto y número de jóvenes becarios que aumentó 10 por ciento en comparación con el registro del año pasado.

Estas entidades, junto con Chiapas, Veracruz, Tabasco, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Morelos, concentran el 80 por ciento de los beneficiarios y los recursos asignados para el programa.

Por otro lado, los estados de Baja California, Nuevo León, Aguascalientes, Sonora, Coahuila, Colima, Durango, Querétaro y Chihuahua, concentran apenas el 10 por ciento de beneficiarios y por lo tanto el menor recurso asignado.

El informe de la ASF detalla que las 10 entidades con el mayor número de beneficiarios también concentran el mayor número de población joven en condición de pobreza, son población indígena y por lo tanto en condiciones desiguales o pertenecen a las zonas más violentas del país.

Señala que en Puebla la población indígena beneficiada fue de 5 mil 662 becarios, 25 en marginación alta y 13 mil 863 en situación de violencia; mientras que Tlaxcala no concentró los apoyos en población indígena ni con alta marginación, sino en zonas con altos índices de violencia, en este caso fueron 10 mil 386 beneficiarios, lo que equivale al 50 por ciento del total.

La ASF refiere que faltan mecanismos que permitan definir la procedencia de la población joven que accede a los programas sociales para saber si en verdad se enfocan en población en condiciones desiguales para que, en su caso, los programas se reorienten.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *