La tarde del 17 de abril de 2014 el mundo se detuvo un instante para guardar un silencio doloroso: se había apagado la luz de Gabriel García Márquez, el autor colombiano y universal creador de una de las aventuras literarias más fascinantes del siglo XX.
Sus historias han fascinado a lectores de todo el mundo con personajes inolvidables cuyos nombres son sinónimos de maravilla, como Mauricio Babilonia y su torrente de mariposas amarillas; Remedios la bella y su hermosura irresistible, o el coronel Aureliano Buendía, que promovió 32 levantamientos armados, los perdió todos, y cuya muerte mientras orinaba en el patio de su casa estremeció al autor al punto de abandonar su trabajo en un mar de lágrimas…
A pesar de que sus memorias, Vivir para contarla, se convirtieron en un fenómeno editorial, ese primer volumen dejó a sus lectores en vilo cuando comenzaba a narrar su propia gran historia de amor con Mercedes Barcha, quien lo acompañaría toda su vida como exiliado y corresponsal por Europa, Estados Unidos y finalmente en México, donde llegó a hacer auténticos milagros para sostener la familia mientras él escribía su obra maestra, Cien años de soledad, hasta que dio con la forma de contar una saga que era la suya propia, la de su familia, la del pueblo y el país que lo vieron nacer, pero también la de toda América Latina.
Ahora, cuando se cumple una década de su ausencia, en un acto de auténtico prestidigitador nos sorprende con un último regalo: una novela en la que trabajó hasta el final de sus días.
Anunciada por el propio autor, quien leyó un fragmento en público y dos de sus capítulos fueron publicados previamente en la prensa, esta pequeña joya literaria rescatada de sus manuscritos legados a la Universidad de Texas, tiene su propia historia mágica, contada ahora por sus propios hijos y por su editor. En agosto nos vemos llega finalmente a las manos de sus lectores, quienes podrán disfrutar una vez más del genio de Gabriel García Márquez.
SINOPSIS
Como cada 16 de agosto, Ana Magdalena Bach toma el transbordador para llegar a la isla donde está sepultada su madre, se registra en el hotel habitual, compra un ramo de gladiolos, pasa la tarde en el cementerio y, al día siguiente, regresa a casa con su familia. Sin embargo, esta vez el encuentro inesperado con un hombre cambiará para siempre su rutina invitándola cada año a escapar por una noche de la vida que ha construido con su esposo e hijos.
Narrada con el inconfundible estilo del nobel colombiano que ha cautivado a millones de lectores durante varias generaciones, En agosto nos vemos es una profunda reflexión sobre el amor y sus misterios, el deseo femenino y la libertad. Un inesperado regalo de uno de los más representantes de la literatura universal.
Los amores contrariados en la obra de García Márquez
No hay amores fáciles en la obra de Gabriel García Márquez, pues una vez que dos amantes ceden a la convención del matrimonio, pierden interés como figuras literarias, o eso opinaba el Nobel colombiano. La historia de su propio origen, contada por sus abuelos y sus padres, fue su inspiración primigenia, un largo y lánguido asedio prohibido entre los integrantes de bandos políticos opuestos, pertenecientes a clases sociales distintas, puntuado por la poesía y la música de violín, y sellado por una profecía de gitana: la felicidad de una extensa descendencia.
El arte del narrador en que se fue convirtiendo Gabriel García Márquez nos regaló algunas de las historias más memorables del siglo XX escritas en español, y muchas de ellas son básicamente historias de amor o de parejas destinadas a complementarse o contrariarse. Vienen a la mente Fermina Daza y Florentino Ariza y su relación postergada por décadas en El amor en los tiempos del cólera, pero son matrimonios quienes protagonizan
El coronel no tiene quien le escriba y, sobre todo, Cien años de soledad, donde hombres y mujeres muestran su índole más profunda en su actitud ante tal relación. Pero también es tema capital en el trasfondo de novelas como Del amor y otros demonios, la historia colonial del fraile enamorado de la marquesita presuntamente endemoniada o contagiada de rabia, de la trágica Crónica de una muerte anunciada, y de algunos de sus relatos, como «María dos Prazeres», «Muerte constante más allá del amor» o «El rastro de tu sangre en la nieve». En agosto nos vemos pone ahora un broche de oro a esta lista por derecho propio, y también a otra categoría más: la de las extraordinarias mujeres que pueblan las páginas de sus libros
Gabriel García Márquez nació en 1927 en Aracataca, Colombia, donde fue criado por sus abuelos. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982 es una de las figuras más relevantes de la literatura universal. Tras iniciar estudios de derecho se dedicó al periodismo, primero como colaborador en el diario El Universal, de Cartagena, y posteriormente en innumerables periódicos y revistas de diversos países. En 1955 publicó su primera novela,
La hojarasca, donde ya se anunciaba el mundo fantástico de Macondo, cuyo esplendor se plasmaría en Cien años de soledad. Entre sus obras más importantes se encuentran El coronel no tiene quien le escriba, Crónica de una muerte anunciada, La mala hora, El general en su laberinto, El amor en los tiempos del cólera, el libro de relatos Doce cuentos peregrinos, la primera parte de su autobiografía, Vivir para contarla, Memoria de mis putas tristes, y sus discursos reunidos, Yo no vengo a decir un discurso. Falleció en la Ciudad de México el 17 de abril de 2014.
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