Jiménez Espriú tiene más de 80 años y es encargado de obras de infraestructura del próximo gobierno.
Hace unos días una amiga entró en depresión porque iba a cumplir 50 años, y la consolé diciéndole que no se preocupara, que los 80 son los nuevos 50.
Me miro con la correspondiente cara de ¿what? Y como de verdad la vi muy angustiada por llegar al quinto piso, no me quedo más que decirle que, su esperanza de vida laboral en estos nuevos tiempos políticos empezaba a los 80 y a las pruebas me remito.
Jiménez Espriú tiene más de 80 años y es el encargado de las obras de infraestructura del próximo gobierno federal.
Olga Sánchez Cordero es un ejemplo para los muy mayores de edad, de ser jubilada de la suprema corte de justicia, vuelve con más bríos como la secretaria de gobernación del próximo sexenio.
Rioboó el constructor consentido del gobierno entrante, ya dejo el sexto piso hace mucho. Un chamaco como Manuel Bartlet será el mandamás de CFE, seguramente eligió esa dependencia por si necesita que le den resucitación y que no le cueste.
O por si necesitan dar tratamiento de electro shock a alguno que pierda la razón, les hacen descuento, digo yo. Muñoz Ledo que seguramente no necesita de nadie que le recuerde como se deben aplicar las leyes, para eso puede recurrir a sus recuerdos del 68, es el presidente de la Cámara de Diputados.
En resumidas cuentas, el próximo sexenio será ejemplo de que nunca se es demasiado viejo para estar en el escenario político y no como comparsa, sino como protagonista.
Mi amiga se sintió menos deprimida, no sé si por la edad de quienes estarán en funciones y tendrán en sus manos el destino de 120 millones de mexicanos, o de plano porque la distraje lo suficiente como para pensar en cosas más importantes que preocuparse por cumplir años. Y siempre se puede hacer carrera sindical, Romero Dechamps líder de los petroleros y Carlos Aceves del Olmo de la CTM, no cuecen al primer hervor.
Eso sí, si ponen a Chabelo como embajador o algo parecido, la que se va a deprimir soy yo.
