Aunque a la contienda por la candidatura de Morena a la alcaldía de la capital poblana se inscribió más de una veintena de hombres y mujeres, la realidad es que muy pocos de ellos y ellas tiene solvencia política y moral, para sustentar una aspiración seria y real.
Sabemos ya que es cosa de días u horas, para que se oficialice que el candidato morenista será el empresario José Chedraui Budib, les guste o no a los autodenominados “puros”, que más que defender un fundamentalismo ideológico, despotricarán porque la posición no les cayó a ellos.
Sin embargo, como en pocas competencias, ha tomado relevancia quién quedará en segundo lugar.
Y es que ese segundo lugar se convertirá en lo que en Puebla les gusta llamar “gran perdedor”, porque se llevará una posición de consolación muy relevante: la coordinación de la campaña de Alejandro Armenta a la gubernatura.
El propio candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) lo anunció en su conferencia de medios del lunes.
Entonces, se desataron las especulaciones de quién es el o la que ha quedado en segundo lugar en las encuestas, que se levantaron desde hace más de dos semanas y en las que con contundencia ganó Chedraui.
Los nombres se comenzaron a barajar, pero realmente lo que debe entrar en el análisis para dilucidar a quién señaló de antemano Armenta, son las características que requiere en su coordinador o coordinadora, un candidato con la potencia, popularidad, conocimiento del estado y trayectoria que tiene Alejandro.
Dicho sea de paso, evidentemente, él ya conoce los resultados de las encuestas a detalle y está muy satisfecho con ellas, eso se concluye.
¿Qué requiere alguien que ha dado cientos de vueltas a la entidad en 34 años de trayectoria? Por supuesto, el acompañamiento de alguien que también haya trabajado con intensidad todo el territorio poblano.
¿Qué busca en su coordinador un candidato que tiene contacto directo con la gente y que conoce por su nombre a los principales líderes sociales de Puebla? Pues un político que tenga plenamente identificadas a las personas, tanto como al territorio, las necesidades específicas y las posibles soluciones en los corto y mediano plazos, a través del apoyo gubernamental.
¿Cómo debe ser el segundo de a bordo del barco, cuando el capitán duerme apenas unas horas al día y, de todos modos, tiene energía para no cesar sus recorridos? Evidentemente, la misma impetuosidad y, si con ella vienen la juventud y una buena condición física, también son bienvenidas.
¿De qué nivel de relaciones nacionales debe ser la mano derecha en campaña de quien fue presidente del Senado Mexicano? Obviamente, alguien que haya trabajado y conozca el gobierno federal, sus personajes y sus recovecos, a detalle.
A partir de ahí, es más que sencillo encontrar quién reúne estas características y quién además ha tenido tal nivel de conocimiento, que pudo haber quedado detrás de Chedraui en la encuesta capitalina.
No hay más que dos sopas: Rodrigo Abdala Dartigues o Claudia Rivera Vivanco.
Fue fácil saber quién será el coordinador. ¿O no?
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Foto: Especial