La celebración de las jornadas épicas de los mariscales del barbosismo -hombres y mujeres-, que están listos para más batallas.
Para los ojos distraídos, la comida que el domingo encabezó el gobernador Miguel Barbosa Huerta con 8 mil líderes sociales, dirigentes sindicales, de asociaciones y otros gremios, así como presidentes municipales, diputados y otros personajes con arraigo y presencia en las 32 regiones del estado, fue una reunión prenavideña de amigos y amigas. Sin embargo, si se mira con cuidado y pausa, fue también la oportunidad de congregar a las cabezas de la fuerza barbosista en la entidad: los mariscales de su ejército.
La presencia que tuvo Puebla, a través del barbosismo, en las marchas del 27 de noviembre en la Ciudad de México, con 15 mil poblanos, y los 100 mil que se reunieron en la caminata del 4 de diciembre pasado, tienen su eje en esas 8 mil mujeres y hombres que refrendaron su lealtad y compromiso a Barbosa y a su movimiento.
Pero también desde el trabajo de muchos de ellos, aquellos y aquellas con responsabilidades de gobierno y legislativas, se ha construido la estabilidad política. Lo subrayó así y lo reconoció así en su mensaje el gobernador.
En ese terreno y a partir de esa fuerza, por ejemplo, es incontrovertible asegurar que nadie va a poder ganar en Puebla, en ningún cargo en 2024, sin el respaldo de esos operadores y líderes, con subrayada esencia social, que se identifican ya como barbosistas -más allá de sus partidos- y, por extensión, son la esencia del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Puebla.
Sin embargo, no solamente se trata de una fuerza de ese color partidista, sino que el mandatario poblano tiene aliados en otras tonalidades de institutos políticos.
El mensaje de Barbosa fue preciso y de agradecimiento a los “liderazgos de las regiones”, como los describió. Subrayó la estabilidad política que se ha generado con la cohesión de esos líderes:
“Ha sido duro el trabajo de gobernar. Ha sido duro el trabajo de desarrollarse, de movilizarse en todo el estado y a la Ciudad de México y yo por eso les digo gracias.
“Les hice una comidita para 8 mil seres humanos, es apoteótica… Quiero dejar constancia de que hemos construido una relación con los municipios, con los liderazgos, con las diputadas, con los diputados, suficiente para poder mantener, en Puebla, una estabilidad política.
“Aquí no distinguimos colores de partidos, acá nos reunimos, su gobernador, es un gobernador que piensa en todos, que los respeta, que habla con ustedes con respeto, cuidadoso en el trato. Mostrarles que el poder público de gobierno estatal se puede ejercer de manera sencilla, sin presiones, sin formas que impliquen autoritarismo”, dijo Miguel Barbosa en el Centro Expositor, este domingo.
Enfatizó el interés social de esa cohesión y de esa estabilidad:
“Así dijimos, que el poder lo íbamos a volver sencillo. Sencillo frente a la relación con la sociedad, no debe haber ninguna actuación de los hombres y las mujeres en el poder público de desdeño, de nepotismo, de autoritarismo y de todo lo que implique una forma de trato desigual, para nosotros, la lucha contra la desigualdad es la esencia de nuestra forma de gobernar”, remató antes de los deseos por las fechas decembrinas.
Fueron 8 mil hombres y mujeres reunidos en torno a una comida de amigos, con carnitas y barbacoa, con risas, letanías llenas de parabienes y buenos deseos, y muchos abrazos. Eso desde un ángulo de visión.
También, desde otro punto de vista, fue la celebración de las jornadas épicas de los mariscales del barbosismo -hombres y mujeres-, que están listos para más batallas.