En medio de la casi dictadura que se vivía con el morenovallismo en 2012, en el esplendor de ese régimen autoritario y violento, el entonces candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, ganó la elección presidencial en Puebla, a pesar del pacto electoral oscuro que el entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas había sellado con el abanderado priísta, Enrique Peña Nieto, y su grupo, con quienes luego, presuntamente, hizo negocios millonarios con el dinero público.
El margen del triunfo lopezobradorista en Puebla fue estrecho, pero fue conseguido con trabajo genuino en todos los rincones de la entidad y ni siquiera con disposición de la centésima parte de los recursos que derrochó el régimen panista local, para apuntalar en el estado al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En esa elección, la coordinadora de cinco de los 15 distritos electorales federales de Puebla fue Claudia Sheinbaum Pardo, quien tejió una sólida red de apoyo con universitarios y mujeres y hombres que refrendaron el apoyo histórico al tabasqueño en tierras poblanas.
A la hoy jefa de Gobierno de la Ciudad de México no le son ajenos los municipios, los líderes y las circunstancias del territorio poblano. Lo conoce en primera persona.
A diferencia de los otros aspirantes, el canciller y el secretario de Gobernación, Claudia además ha sabido consolidar una fuerte amistad e identificación ideológica con los herederos del barbosismo. Lo hizo con el propio líder, Miguel Barbosa Huerta, desde muchos años atrás, como compañeros de la lucha de la izquierda y, más recientemente, lo refrendó con intensidad.
“Venimos de la misma bola”, respondió el gobernador Barbosa cuando alguien le preguntó sobre su relación con Claudia y ella, en su oportunidad, lo reconoció.
Mientras Marcelo Ebrard Casaubon, el titular de Relaciones Exteriores (SRE), comenzó con reflejos tardíos su trabajo para posicionarse en Puebla, Claudia tiene aquí labor desde hace una década y en primera persona.
Mientras Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación, ha sido engañado por el grupo del diputado federal Moisés Ignacio Mier Velazco, con la falsa versión de que tienen popularidad, Sheinbaum ha congregado y comprobado el respaldo masivo real en Puebla para su causa.
En entrevista colectiva vía zoom el 12 de enero, Claudia Sheinbaum evocó los tiempos de sus batallas poblanas:
“En el 2012, en la campaña del presidente (Andrés Manuel) López Obrador, él me encargó que le ayudara, mientras yo estaba en la universidad. Iba mucho. Me encargó seis distritos de Puebla para apoyarlo a la candidatura desde la universidad, y estuve en Izúcar de Matamoros, en Atlixco, en Tepeaca, en Tecamachalco, en Tehuacán, así que estuve mucho tiempo por esos lugares y, obviamente, por la ciudad de Puebla”.
Hay distancias que ya no se podrán acercar en Puebla, entre los que el mismo presidente López Obrador ha llamado “corcholatas”.
Sin fecha todavía definida, Claudia volverá a Puebla y el trabajo y su presencia serán con mayor vigor en 2023.
Ganó ya una batalla presidencial en Puebla, en 2012, para Andrés Manuel.
La de 2024 será en primera persona.