Además, la Primera Evaluación de las Leyes y Normativas de la Calidad del Aire, elaborado por PNUMA alertó que uno de cada tres países carece de medidas adecuadas para verificar la calidad del aire

Hoy se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre los peligros del calentamiento global, así como los riesgos para la salud que implica la contaminación.

Además de los fallecimientos, la constante exposición a partículas contaminantes implica riesgos severos para la salud, en especial, infecciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares o incluso cáncer de pulmón.

A esto se suma que uno de cada tres países en el mundo carece de medidas adecuadas para verificar la calidad del aire, según la Primera Evaluación de las Leyes y Normativas de la Calidad del aire, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Por esto, para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica constituye el mayor riesgo ambiental para la salud.

Actualmente, 92% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de contaminación del aire exceden los límites seguros. La quema de combustibles fósiles impulsa esta situación.

Tres mil millones de personas a nivel mundial siguen quemando combustible sólido para cocinar, calefacción o alumbrado. En tanto, en la región de las Américas, una de cada diez personas utiliza combustibles que contaminan el aire de sus viviendas, según la Organización Panamericana de la Salud.

LOS MÁS VULNERABLES

Alrededor de 88% de los decesos vinculados al aire sucio ocurre en países de ingresos bajos y medios. Mientras que por rango de edad, entre las personas que mueren por aire sucio a nivel mundial cada año, hay 600 mil niños. En un informe con motivo del Día Internacional del Aire Limpio, que se conmemora esta semana, el organismo global alertó que este problema se agrava por las desigualdades sociales.

“La pobreza obliga a las personas a vivir cerca de fuentes de contaminación, como fábricas y carreteras”, expresó el organismo. Además, nueve de cada diez personas a nivel mundial respiran aire contaminado.

MEDIDAS INSUFICIENTES

“El 49% de los países definen la contaminación del aire exclusivamente como una amenaza al aire libre, la cobertura geográfica de los estándares varía y más de la mitad de los países permiten desviaciones de estos estándares”, explicó la agencia global de
salud.

El aire que respiramos es un “bien público fundamental”, y los gobiernos deben hacer más para garantizar que sea limpio y seguro, añadió Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

Entre las acciones gubernamentales pendientes, destaca garantizar la responsabilidad institucional, la transparencia y la rendición de cuentas y la de crear arquitecturas administrativas para apoyar y afianzar la aplicación de las normas de calidad del aire.

En tanto, la OPS recomendó a la población reducir el uso de combustibles que contaminen y buscar alternativas de energías limpias para generar calor o electricidad.

En este contexto, actualmente, la contaminación del aire ha sumado relevancia en las agendas globales. “No habrá vacuna para prevenir los siete millones de muertes prematuras causadas por la contaminación del aire cada año, un número que se espera aumente en más de 50% para 2050”, dijo Inger Andersen.

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